Sin embargo, el mandatario aclaró que no reconocerá al gobierno hondureño hasta que no se sancione a quienes derrocaron a Manuel Zelaya.
Quito. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó simpatía por su homólogo de Honduras, Porfirio Lobo, con quien dialogó este jueves en Lima, pero insistió en que no reconocerá a su gobierno mientras no se castigue a quienes derrocaron a Manuel Zelaya.
Correa dijo que habló con Lobo durante un almuerzo ofrecido por el flamante presidente peruano Ollanta Humala tras su investidura en Lima, y señaló que le pareció "una buena persona".
"Tuvimos oportunidad de conversar y me parece una persona sencilla, simpática, pero no se trata de simpatías o antipatías personales, sino de una posición de Estado", indicó Correa, recordando que Ecuador se opuso al reingreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA).
"No podemos permitir que después de tremendo golpe de estado los militares golpistas sean hasta gerentes de empresas públicas en Honduras y no pase nada. Eso significa impunidad", añadió en su informe semanal de labores.