“Seguimos dispuestos a dialogar pese a que no deberíamos por ese error terrible que constituye la amenaza de Gran Bretaña a nuestra embajada (...)", dijo el mandatario ecuatoriano.

Quito. “Nunca he utilizado la palabra negociación para referirme a las conversaciones con el Reino Unido. Ecuador no negocia con principios fundamentales, con valores, con los derechos humanos de Julian Assange”, dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa durante un conversatorio con la prensa internacional.

Durante el diálogo –que se desarrolló en el Palacio de Carondelet (sede presidencial)- el mandatario destacó que, desde que el periodista australiano Jualian Assange entró a la embajada ecuatoriana en Londres, Ecuador ha estado abierto al diálogo.

“Seguimos dispuestos a dialogar pese a que no deberíamos por ese error terrible que constituye la amenaza de Gran Bretaña a nuestra embajada. Esa es una amenaza contra el planeta entero (…) Pese a la grosería de la amenaza, sobre la cual ni siquiera esperamos una disculpa –pero al menos sí que se retracten-, continuamos abiertos al diálogo, no a negociaciones. Nosotros negociamos bananas o rosas pero jamás derechos humanos”, reiteró.

El jefe de Estado manifestó que jamás se ha opuesto a que Julian Assange responda ante la justicia sueca, y que lo que el gobierno ecuatoriano espera es “el compromiso de que no se lo extradite a otro país (hablemos claro, Estados Unidos) o que se le conceda el salvoconducto para salir de la embajada”.

Consultado sobre la posibilidad de otorgarle un cargo diplomático a Julian Assange para que él pueda salir de la embajada, el presidente respondió con una rotunda negativa aunque adelantó que su gobierno está estudiando acciones legales a nivel internacional que puedan presionar al Reino Unido para que entregue el salvoconducto al periodista Assange.

En torno a las posibles retaliaciones económicas a nivel internacional por la decisión de dar asilo a Assange, el presidente llamó la atención sobre la doble moral de los Estados Unidos que pretende no tomar partido en el caso Assange y, sin embargo, envía la amenaza de no renovar las preferencias arancelarias establecidas en el Atpdea.

“Que hagan lo que les de la gana: Ecuador no vende su soberanía. (…) Noten que el Atpdea se instauró para apoyar a los países en su lucha contra el narcotráfico. Ustedes saben que la mayor cantidad de consumidores está en EE.UU. Es una compensación por la lucha antidroga. Ecuador es de los países más exitosos en esa lucha. Con el paso del tiempo, esta compensación se convirtió en un instrumento de chantaje ‘te portas bien y te renovamos el Atpdea’. Nuestra respuesta: ‘Quédense con sus preferencias arancelarias y si quieren alguna contribución del Ecuador para un curso de ética y de capacitación en derechos humanos, cuenten con esos recursos’”, declaró.

Ante la comparación que algunos medios hicieron de este caso con el de Carlos Pérez, dueño del diario El Universo que solicitó asilo político a Panamá, el presidente dejó claro que Pérez jamás necesitó un salvoconducto y por eso este no le fue entregado.

“Jamás se le negó el salvoconducto al señor Pérez. Esa fue una pantomima. Jamás pesó sobre él una orden de arresto, él no necesitaba salvoconducto; pero si hubiese solicitado porque lo necesitaba, se lo hubiésemos entregado porque así nos exige la Convención de Caracas”, aseguró el mandatario.

Finalmente, sobre el papel que ha tenido la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en el caso Assange, y sobre las publicaciones de un medio estadounidense que ponía en duda el manejo de derechos humanos en la región, Correa dijo que el continente está “cansado de algunos gobiernos”.

“No sé a quién hemos invadido nosotros. Los latinoamericanos ya estamos cansados de determinados gobiernos. Recuerden lo que pasó en la India, en las Islas Malvinas, en el caso de Pinochet (todos vinculados con Inglaterra). Que no nos vengan a hablar de democracia porque no conozco ningún rey en América Latina (…) Esta situación nos ha fortalecido como organismo regional”, concluyó.