Rafael Correa anunció el pasado sábado que apoyaba una enmienda a la Carta Política para la reelección indefinida de todas las autoridades.
Hasta antes de su reelección en el 2013 mantuvo su negativa por varias razones: a veces aludía a la democracia y otras a su familia. Pero desde que se candidatizó a la Presidencia por segunda ocasión, bajo el marco constitucional que él impulsó, su discurso ha variado.
Rafael Correa anunció el pasado sábado que apoyaba una enmienda a la Carta Política para la reelección indefinida de todas las autoridades.
Sin embargo, cuando empezó su gestión en el 2007, aquello le parecía absurdo. “Nuestra postura es que desde el presidente hasta el concejal puedan tener reelección por una sola vez”, dijo en noviembre de ese año, y alegó que la democracia implicaba alternancia del poder.
En consecuencia, la mayoría oficialista que redactó la Constitución que él había ofrecido en campaña puso un candado en el entonces proyecto, luego aprobado por vía referéndum.
En agosto del 2009, Correa empezó su primer periodo bajo este marco –tras ganar en las urnas–, y afirmó que lo concluiría “después de cuatro años”.
Hasta el 2011 adujo, en especial, razones personales. Decía que estaba agotado y que la responsabilidad del cargo afectaba a su familia. Incluso comentó que le había ofrecido a su esposa radicarse en Bélgica.
En septiembre de ese año aseguró que nadie era imprescindible, cuando Alianza PAIS (AP) analizaba quién lo sucedería en la próxima contienda.
La decisión recayó en Correa, quien en noviembre del 2012 se postuló otra vez. Su discurso en campaña apuntó a la necesidad de avanzar con las obras y no perder lo alcanzado.
Cuando asumió su segundo mandato, en mayo del 2013, remarcó que sería el último.
Pero desde esa fecha hasta la actualidad su postura ha sido cambiante. En dos ocasiones, que coincidieron con temas electorales, amenazó con modificar la Constitución para permitir la reelección indefinida, y en otras formulaba declaraciones más cautas.
Los casos ocurrieron en agosto del año pasado y en marzo último. Su reacción en la primera fecha fue a propósito de que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, aún meditaba su reelección en los comicios seccionales. Y en la segunda, por los resultados de esa jornada, que fue en febrero de este año.
AP perdió ciertas alcaldías, como Quito y Cuenca. Correa admitió un revés, pero no una derrota a nivel nacional.
“En lo personal, creo que es mi deber revisar la sincera decisión de no lanzarme a la reelección, porque tengo la responsabilidad de garantizar que este proceso sea irreversible”, declaró en marzo pasado.
A inicios de este mes afirmó lo siguiente a la cadena CNN: “Mi decisión se mantiene la misma: seguir hasta el 2017”.
Pero el pasado sábado dio luz verde a la Asamblea para que enmiende la Constitución, sin adelantar si él terciaría.
Raúl Patiño (AP) opina que el Ejecutivo y la bancada oficialista están en su derecho a plantear la discusión por la vía legislativa, antes que a través de una consulta popular.
Asegura que el pueblo decidirá con su voto si un político continúa o no en el cargo.
El analista Francisco Franco sostiene que Correa cambió de parecer ante la “revelación” de que en AP no hay otra “figura relevante”, por lo cual en una próxima contienda podría no llegar a Carondelet.
La socióloga Patricia de la Torre cree que atraviesa una “paradoja”, pues no consideró que los cambios por implementar tomarían tanto tiempo.
Anoche, en una entrevista con la TVN de Chile, el presidente dijo que tramitar la enmienda en la Constitución no significa que se lance a la reelección. “Eso será la decisión de mi partido y las condiciones previas a las elecciones del 2017”. “Pero no podemos ser ingenuos.. estas clases de instituciones, como por ejemplo la reelección, es perjudicial para el país”, dijo.
Hoy los diputados, alcaldes y prefectos tienen reelección indefinida, pero presidente y vicepresidente no (...), ni una sola vez. Eso es absurdo, como es un absurdo la reelección indefinida, pues la democracia implica alternancia”.
Rafael Correa, noviembre del 2007
Me iría a vivir a Bélgica con mi familia; se lo he ofrecido a mi esposa, se lo merece después de tantos años. Es mi compromiso, mi retribución a todo lo que ha hecho por mí”.
Rafael Correa, abril del 2011
Yo estaré, si Dios lo permite, tan solo cuatro años más, pero esta revolución debe durar para siempre. En este, mi último periodo, aunque tan solo uno más de nuestra revolución (...), mucha más contundencia, mucha más eficacia”.
Rafael Correa, mayo del 2013