El líder conservador consiguió el sábado la aprobación de los diputados de la Cámara baja para formar un Gobierno en minoría después de 10 meses de bloqueo político, pero se verá forzado a buscar aliados en cada momento para aprobar leyes.
Madrid. Mariano Rajoy se enfrenta a su primera prueba de un segundo duro mandato esta semana cuando revele los nombres de sus nuevos ministros que deberán atraer apoyos de otros partidos para aprobar reformas en un parlamento fragmentado y hostil.
El líder conservador consiguió el sábado la aprobación de los diputados de la Cámara baja para formar un Gobierno en minoría después de 10 meses de bloqueo político, pero se verá forzado a buscar aliados en cada momento para aprobar leyes.
El jueves tiene previsto anunciar su nuevo equipo bajo el escrutinio de si mostrará indicios de un nuevo comienzo trayendo a nuevas caras, incluso aunque la mayoría procedan del Partido Popular.
Rajoy, que jurará el cargo ante el rey el lunes, gobernó con una mayoría absoluta desde 2011 que ahora ha perdido y aunque el PP sigue siendo el partido más votado en el Parlamento, no ha sido capaz de formar una coalición de socios para alcanzar un gobierno mayoritario incluso después de la repetición de elecciones en junio.
Varios de sus ministros han tenido grandes enfrentamientos con la oposición, también durante sus meses en funciones. Otros partidos han pedido, por ejemplo, la dimisión del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, tras la polémica por la grabación de unas conversaciones que mantuvo con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña.
"En teoría parece obligado a mostrar un gobierno algo distinto", dijo Carlos Barrera, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra. Sin embargo, señaló que el presidente no es conocido por "dar grandes bandazos".
Después de dos elecciones con resultados muy fragmentados desde el pasado diciembre y meses de luchas entre los partidos, la administración en minoría de Rajoy tiene reformas y legislación urgente que abordar.
Primero deberá sacar adelante el nuevo presupuesto de 2017 para tranquilizar a Bruselas y cumplir con los objetivos de déficit del próximo año, que requerirán recortar gastos o encontrar nuevas fórmulas para aumentar los ingresos.
En tanto, la economía continúa la senda de la recuperación pero el desempleo está rondando el 19 por ciento, la segunda tasa más alta de la UE después de Grecia.
España también intentará conseguir un alto cargo dentro de la Unión Europea en medio de los grandes problemas que afronta la institución comunitaria, como la salida de Reino Unido del bloque. El Gobierno español en funciones ha tenido que conformarse hasta ahora con puestos secundarios.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió unidad a España. "Confío en que en los próximos años y bajo tu liderazgo España se beneficiará de la estabilidad política y la cohesión social que son necesarias para responder a los retos actuales", dijo Tusk en una carta de felicitación a Rajoy el domingo.