Cuba hará cambios paulatinos en su política migratoria, reduciendo las expectativas sobre una inminente reforma que termine con décadas de restricciones de viajes para los cubanos.
La Habana. Cuba hará cambios paulatinos en su política migratoria, dijo el viernes el presidente cubano, Raúl Castro, reduciendo las expectativas sobre una inminente reforma que termine con décadas de restricciones de viajes para los cubanos.
Blogs oficiales y redes sociales esperaban el viernes el anuncio ante el Parlamento de una reforma migratoria, después que en agosto pasado Castro dijo que su gabinete trabajaba para "reducir prohibiciones y regulaciones" a los viajes que perduraron "innecesariamente".
La prensa extranjera acreditada en La Habana no tuvo acceso el viernes a la segunda y última sesión anual del Parlamento.
"No pocos consideran urgente la aplicación de una nueva política migratoria, que olvidándose de las circunstancias excepcionales en que vive Cuba bajo el cerco que entraña la política injerencista y subversiva del Gobierno de EEUU, siempre a la caza de cualquier oportunidad para conseguir sus conocidos propósitos", dijo Castro ante el Parlamento cubano.
"Hoy ratifico, todos y cada uno de los planteamientos realizados (...) al tiempo que reafirmo la invariable voluntad de introducir paulatinamente los cambios requeridos en esta compleja temática sin dejar de valorar en toda su integralidad los efectos favorables y desfavorables de cada paso que demos", agregó en su discurso difundido por la televisión local.
Cuba y Estados Unidos son enemigos desde poco después de la revolución de 1959.
Desde entonces, cientos de miles de cubanos han emigrado hacia suelo estadounidense por vía legal o en endebles embarcaciones hasta alcanzar el Estrecho de Florida, situado a solo 145 kilómetros de las costas cubanas, donde se le otorga residencia y permiso de trabajo en virtud de la Ley de Ajuste Cubano de 1966.
La política migratoria actual data de la década de 1960, cuando el país tomó medidas para protegerse de la salida masiva de profesionales hacia Estados Unidos, como parte del conflicto ideológico que sigue vigente.
Desde entonces, para viajar a cualquier país los cubanos deben cumplir con engorrosos trámites y gastos que incluyen un permiso de salida que los ciudadanos cubanos deben solicitar al Estado y la carta de invitación de amigos o familiares en el país de destino.
La esperada reforma deberá también permitir la salida temporal de los niños, quienes hasta ahora no pueden viajar, a menos que sea de forma definitiva.
Muchos cubanos esperan que la isla acepte la doble nacionalidad y elimine el concepto de emigrante definitivo, facilitando el retorno de muchos de los que ahora viven fuera de Cuba.
Según la norma actual, los cubanos residentes en Cuba que viajan al extranjero deben regresar al país antes del año, o se exponen a perder sus propiedades y son declarados emigrantes.
"Es ilógico que la gente no pueda ausentarse el tiempo que sea de su país. Imagínate, si eso te pasa en tu país que puedes esperar del resto, no tiene explicación", dijo a Reuters Pavel, un ingeniero que repara autos en La Habana.