La Habana ha insistido en que los esfuerzos para normalizar las relaciones con Estados Unidos no deben estar acompañados por lo que se ve como una intromisión política.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, propuso este miércoles al mandatario estadounidense, Barack Obama, que haga todo lo que esté a su alcance para reducir el bloqueo comercial sobre la isla y advirtió que no permitirá injerencia en asuntos internos ni que se incite a la oposición política.
Los dos países sorprendieron al mundo en diciembre cuando anunciaron un acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas, más de medio siglo después de su ruptura. Obama llamó al Congreso a acabar con el largo embargo económico sobre su viejo enemigo de la Guerra Fría.
Pero Castro advirtió el miércoles en una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Costa Rica que el "cese del bloqueo será un camino largo y difícil".
"El presidente Barack Obama podría utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, lo que está en sus manos hacer aún sin la decisión del Congreso", dijo Castro.
Y agregó que algunas medidas adoptadas por su colega estadounidense son "muy limitadas". Para Castro, Obama podría extender a toda la economía lo que ha aprobado en materia de telecomunicaciones "con evidentes objetivos políticos en Cuba".
La Habana ha insistido en que los esfuerzos para normalizar las relaciones con Estados Unidos no deben estar acompañados por lo que se ve como una intromisión política.
El octogenario mandatario subrayó que Cuba no cederá ni un milímetro en la defensa de su soberanía y que no aceptará presiones ni intromisiones en los asuntos internos de su país.
"Ahora todo parece indicar que el objetivo es fomentar una oposición política artificial por medios económicos políticos y comunicacionales", dijo sin ahondar en el tema.
Las palabras del mandatario cubano en Costa Rica fueron sus primeras declaraciones desde que los dos países protagonizaron la semana pasada una ronda inicial de conversaciones en La Habana como parte del proceso para reanudar las relaciones diplomáticas rotas en 1961.
Estados Unidos y Cuba han sido enemigos políticos desde poco después de la revolución de 1959 liderada por el ex presidente Fidel Castro.
Raúl Castro, que reemplazó en la presidencia a su hermano enfermo Fidel en el 2008, dijo que las relaciones no se podrán normalizar si no se resuelve el bloqueo, si no se devuelve el territorio ocupado por la base estadounidense de Guantánamo y si no terminan las transmisiones de radio y TV ilegales en la isla.
"Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido", dijo.
Obama necesita el apoyo del Congreso controlado por los republicanos para acabar con el bloqueo económico.
Pero senadores opositores como Marcos Rubio han rechazado la normalización de los vínculos con Cuba porque la isla mantiene un sistema unipartidista, reprime a los disidentes y controla a los medios de comunicación.