Acuerdos y desacuerdos entre opositores, oficialistas y ex mandatarios, han politizado con duras polémicas la reelección del presidente Morales.
Como una prueba de fuego consideraron, por separado, un ex presidente, opositores y oficialistas, el fallo que debe asumir como máximo plazo a mediados de mayo el Tribunal Constitucional sobre la viabilidad o rechazo de la reelección del presidente boliviano Evo Morales en los comicios de diciembre de 2014.
Argumentos políticos a favor y en contra, de palabra empeñada y la interpretación jurídica, de acuerdos o desacuerdos entre opositores, oficialistas y ex mandatarios, han politizado con duras polémicas la reelección del presidente Morales.
El dignatario indígena, que en 2014 cumplirá ocho años al frente del gobierno, deberá esperar en primera instancia un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional que de ser viable, deberá enfrentar, el proceso más importante, la decisión del soberano en elecciones de diciembre de 2014.
Para la oposición es inconstitucional una nueva reelección, además de la falta a acuerdos pactados para viabilizar la nueva Constitución Política del Estado (CPE) en octubre de 2008.
En cambio el oficialismo sostiene que el mandato (2006-2011) de Morales fue interrumpido con la aprobación de la nueva Carta Magna en 2009, por tanto será la primera reelección con este instrumento legal.
Aunque consideran que la instancia indicada para definir este tema es el Tribunal Constitucional.
El ex mandatario Carlos Mesa dijo a Xinhua que se acordó que los mandatos anteriores a la vigencia de la nueva Carta Magna serán computados, es decir que Morales estaría yendo a una segunda reelección.
Además manifestó que existen dos normas, la Constitución y la Ley Electoral, que establecen que se computará como primer periodo el mandato vigente (2006-2009) y que Morales las firmó cuando promulga estas dos leyes.
En consecuencia considera que el Tribunal tendrá la "prueba de fuego" de independencia y credibilidad cuando decidan sobre el futuro de la posible reelección de Morales o rechazo a esta intención.
Cree que si el TCP da su aprobación y dice que es factible un tercer mandato del presidente, esta instancia perderá su "credibilidad".
Una vez admitida el 13 de marzo, el Código Procesal Constitucional establece un plazo de 30 días a partir del sorteo del magistrado relator y si hay necesidad de algún elemento que se considere importante, podría ampliarse ese plazo por el pleno del Tribunal, por lo que el fallo puede salir en dos meses aproximadamente, es decir hasta el 15 de mayo próximo.
Justificación oficialista. Sobre estas apreciaciones, el diputado oficialista Héctor Arce aclaró que el hecho de que el presidente Morales y el vicepresidente Alvaro García Linera no hayan cumplido los cinco años en el gobierno como establece la Constitución, significa un mandato inconcluso, no computable y por lo tanto, no implica un impedimento para que haya una reelección.
Precisó que se computa el mandato de aquellas autoridades electas que continuaron su mandato después del 22 de enero de 2010.
"Debemos esperar la decisión de la máxima instancia que interpreta la Constitución y que debe brindar certidumbre, además no hay que tenerle miedo al pueblo, que es el que al final define sus autoridades con el voto democrático", manifestó.
A su vez, el analista político Hugo Gutiérrez considera que más allá del debate sobre la legalidad o no, la estrategia oficialista tiene al menos cuatro caminos alternativos que se desprendan a partir del fallo.
En primera instancia basada en que el TCP apruebe la viabilidad de la reelección de Morales y García Linera, lo que deja expedito el camino para el oficialismo hasta las elecciones presidenciales de diciembre de 2014.
Para ello el MAS ya decidió un trabajo con los 20 ministros, junto a las organizaciones sociales, quienes asumirán el liderazgo de la cruzada electoral por la reelección del Jefe del Estado en 2014.
Un segundo escenario, si el TCP falla con el "no", el MAS tendrá que impulsar y lograr una reforma a la Constitución, y su ratificación en un referendo.
Una tercera alternativa que aunque logre reformar la CPE, el MAS pierda en el referendo para refrendar la reforma, lo que le obliga a buscar otro candidato a la presidencia.
Un cuarto camino si no se logra dos tercios en la Asamblea para las reformas, se puede hacer viable mediante una iniciativa ciudadana, con firmas de 20% del padrón electoral.
El MAS ya definió la nueva postulación del mandatario indígena desde el 4 de octubre del año pasado cuando el propio mandatario llamó a sus seguidores a ganar las justas electorales del 2014 con 74%. Luego se sucedieron proclamaciones regionales.
Esta suerte de campaña se ratificó el 27 de marzo en el acto de festejo por los 18 años del MAS-IPSP, cuando los oficialistas proclamaron en Santa Cruz la presidencia de Morales para los comicios de 2014.
El oficialismo se declaró en movilización permanente para trabajar en la campaña, a fin de superar el 64% de los votos que obtuvo en los comicios de diciembre de 2009.