Los mercados financieros están nerviosos antes del referéndum italiano. ¿Podría el voto de protesta poner en peligro al euro?
Después de que los británicos votasen por el "brexit” y los estadounidenses eligiesen a Trump, el referéndum del 4 de diciembre en Italia parece cosa del destino. Si los italianos votan por el Sí, el país podrá emprender las reformas que necesita, espera el primer ministro Matteo Renzi. Por el contrario, el triunfo del No podría ser el principio del fin de la zona euro.
La mayoría de las encuestas prevé un éxito del No y el consiguiente rechazo a la reforma constitucional que limite el poder del Senado. En un país que ha tenido 63 gobiernos en 70 años, "los gobiernos fallaron a menudo al intentar aplicar reformas", explica Christian Dunstmann, profesor de economía en la Universidad College de Londres, que también ejerció en Italia.
En el caso de que gane el No, Renzi anunció que dimitiría. Y también los mercados financieros están nerviosos, como indica el aumento del rendimiento del bono italiano a más del 2%. El argumento es que una victoria del No sería un triunfo de populistas y euroescépticos, que podrían llegar al poder en la próxima ocasión. Según encuestas actuales, la probabilidad de que Italia abandone el euro es la más alta en los últimos años, situándose en un 19,3%.
Mucho desempleo y poco crecimiento. Renzi llegó al poder como un reformador hace casi tres años. "Hizo muchas cosas en la dirección correcta, como la reforma del derecho laboral”, explica Dunstmann. Facilitó el despido y alivió fiscalmente a las PyMEs. "Hizo sus deberes”, cree también Jörg Buck, director de la Cámara de Comercio Italo-alemana de Milán: "La economía quiere que Renzi siga en esa dirección”.
Para ello, sería necesario aprobar la reforma de la Constitución. "Para los agentes económicos sería la madre de todas la reformas", aclara Buck a DW. Pero para los partidarios del No no se trata tanto del contenido sino de "hacer dimitir al Gobierno”.
En realidad, Renzi parte de una posición débil debido a la mala situación económica. El porcentaje de desempleo está cerca del 12% y entre los jóvenes llega incluso al 40%. La producción económica es más baja que hace diez años y la deuda nacional es del 130% del Producto Interior Bruto, la segunda más alta de la zona euro después de Grecia.
¿Voto de castigo?. Para muchos italianos, votar No en el referéndum sería una forma de ventilar su ira. Por parte del Banco Central Europeo, se teme una tormenta financiera. "Según de la magnitud del golpe, tendremos que considerar qué hacer”, explicó el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vitor Constancio.
También hay que tener en cuenta la crisis no resuelta de los bancos italianos, que agonizan bajo una montaña de créditos tóxicos. La empresa de análisis londinense Lombard Street Research (LSR) recuerda que el año próximo vencerán unos 70.000 millones de euros de préstamos a los bancos italianos.
Para los analistas de LSR, "el mayor riesgo no es el referéndum, sino el estancamiento económico”, porque los problemas son de toda la zona euro. "El euro no puede funcionar con sus actuales miembros y es tremendamente antisocial”, explica el economista jefe de LSR, Charles Dumas Los alemanes necesitan una política monetaria distinta a la italiana. "Y eso sirve de base a los populistas, que tras el referéndum podrían hacer temblar al establisment de la UE”, concluye.
En marzo de 2017 habrá elecciones en Holanda. Después le seguirá Francia y, posteriormente, Alemania. En todos estos países hay fuertes movimientos populistas de derecha que rechazan la UE y el Euro. Italia tendrá que esperara hasta las próximas elecciones previstas para la primavera de 2018, siempre y cuando Renzi aguante en el Gobierno hasta entonces.