El presidente liberal Mauricio Macri -quien llegó al poder en diciembre pasado- quiere que la reforma, que instaura el voto electrónico, se aplique en las elecciones del año próximo, clave para su futuro político.
Buenos Aires. La reforma electoral que el Gobierno de Argentina envió recientemente al Congreso podría ser un fuerte golpe para el peronismo opositor, cuyo poder económico y territorial se vería debilitado de cara a las elecciones legislativas del 2017.
El presidente liberal Mauricio Macri -quien llegó al poder en diciembre pasado- quiere que la reforma, que instaura el voto electrónico, se aplique en las elecciones del año próximo, clave para su futuro político.
El proyecto tuvo el visto bueno de los diputados y ahora está en manos del Senado, donde el oficialismo negocia arduamente con el peronismo, que controla la cámara, para lograr su indispensable respaldo.
"Con la reforma se acaba el aparato (como se conoce al mecanismo político de financiamiento de militantes y favores a votantes) peronista", dijo una fuente del Gobierno, que prefirió que no se revelara su identidad. "Sobre todo en la provincia de Buenos Aires", que es la más poblada del país.
Si bien el peronismo puede verse perjudicado, muchos de sus legisladores podrían apoyar el proyecto porque también fija límites al propio Gobierno, que no podrá sacar provecho de los fondos públicos para imprimir boletas electorales o pagar a fiscales que controlen la elección, ilegalidades que han sucedido en el pasado.
"El macrismo, que ahora controla las cajas (por las tesorerías), también pierde. Pero estas reformas siempre son bien recibidas por la sociedad, que es la que vota", dijo una fuente del oficialismo.
A diferencia del peronismo, que tiene una extensa red que le permite entablar relaciones directas con los votantes en todo el país, Macri busca ganar la batalla de las redes sociales, donde intenta mostrar transparencia comunicando actos de Gobierno o dando entrevistas.
"No creemos en la política del aparato (partidario). La nuestra es una política más contemporánea", afirmó a Reuters el jefe de Gabinete, Marcos Peña, uno de los artífices de la apuesta de Macri por las redes sociales.
El proyecto de ley también eleva la representación política femenina al 50% en las listas electorales y prohíbe la candidatura de una misma persona a distintos cargos en un mismo comicio.
¿Vigente en el 2017? Uno de los puntos clave que establece el proyecto, que sería votado en las próximas semanas en el Senado, es la boleta única -ya sea en la pantalla o en el papel impreso por la máquina electrónica, según una variante del proyecto- que contendrá a los candidatos de todos los partidos.
De este modo, los partidos políticos que cuentan con mayor presupuesto para imprimir boletas de papel y controlar que no sean robadas en los centros de votación ya no tendrán ventaja, porque las imprimirá el Estado.
Distintas fuentes coinciden en que el peronismo sentirá el impacto en los suburbios de Buenos Aires, en cuyos barrios pobres tiene una alta penetración y un control del presupuesto que suele inclinar la balanza a su favor en los comicios.
"La boleta única golpea a los partidos grandes, no solo al peronismo, también a los radicales (aliados de Macri)", señaló la analista Mariel Fornoni de la consultora Management & Fit.
Aunque el Gobierno argumenta que con la reforma se verá reforzada la transparencia de las elecciones, miembros de la oposición han señalado que las terminales electrónicas de votación pueden ser vulneradas, facilitando el fraude electoral.
En el peronismo "hemos ganado y hemos perdido elecciones, y no ha habido fraude electoral. Este sistema electrónico que quieren incorporar, los 20 países más desarrollados del mundo lo han desestimado", dijo a Reuters el diputado Héctor Recalde.
Senadores peronistas han propuesto variantes a la reforma para evitar intentos de fraude electrónico.
Si el proyecto oficialista sufre modificaciones, como se prevé, deberá ser puesto nuevamente a discusión de la Cámara de Diputados, lo que -debido al plazo que lleva incorporar y probar la tecnología- podría dificultar la aplicación de la reforma en los próximos comicios.
Aún no se han postulado los candidatos para el 2017, pero algunos sondeos indican que el peronismo y el partido de Sergio Massa -un peronista disidente que formó su propia agrupación- lideran la intención de voto.
El Gobierno apuesta a la recuperación de una economía en recesión para ganar las elecciones.