"Nosotros no estamos militarizando el sur del Atlántico. Nuestra postura defensiva en las Islas Falkland (como se conocen en inglés las Malvinas) se mantiene inalterable", afirmó una portavoz del gobierno.
Londres. El gobierno británico rechazó este miércoles las acusaciones hechas por la presidenta de Argentina acerca de que el Reino Unido estaba militarizando el sur del Atlántico al colocar en la zona a uno de sus barcos de guerra más avanzados.
La reacción ocurre en medio de una escalada de la tensión diplomática entre ambos países por las diputadas Islas Malvinas y un día después de que la mandataria Cristina Fernández anunciara que denunciará ante la ONU el grave riesgo que representa la medida británica para la seguridad internacional.
Una portavoz del primer ministro británico David Cameron salió al paso a los señalamientos.
"Nosotros no estamos militarizando el sur del Atlántico. Nuestra postura defensiva en las Islas Falkland (como se conocen en inglés las Malvinas) se mantiene inalterable", afirmó la portavoz.
El Ministerio de Defensa británico, que rechaza el reclamo argentino de soberanía sobre las islas, dijo recientemente que la decisión de enviar el destructor HMS Dauntless hacia el sur del Atlántico para reemplazar a otro buque era una medida que estaba planeada desde antes y que era "totalmente de rutina".
"La población de las Falklands elige ser británica. Su derecho a la auto determinación es un principio que está consagrado en la carta de la ONU", agregó la portavoz.
Una guerra de palabras entre ambos gobiernos ha escalado en los últimos meses, mientras se acerca el 30 aniversario de la guerra de 1982 y compañías británicas buscan petróleo en las aguas alrededor del archipiélago.
Fernández, en un acto en la noche del martes ante veteranos de la guerra que Argentina y el Reino Unido disputaron en 1982 por las Islas Malvinas, dijo que el gobierno británico está "militarizando al Atlántico sur una vez más".
"He instruido a nuestro canciller para que presente formalmente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y también ante la Asamblea de las Naciones Unidas esta militarización del Atlántico sur que implica un grave riesgo para la seguridad internacional", anunció la mandataria.
Además dijo: "No podemos interpretar de ninguna otra manera, por el mayor esfuerzo y voluntad que pongamos, el envío de un destructor, la sola palabra, un inmenso y modernísimo destructor, acompañando al heredero real, que nos hubiera gustado verlo con ropas civiles y no con uniforme militar".
Fernández hizo referencia a que el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono británico, se encuentra en el archipiélago, situado a unos 500 kilómetros de la costa argentina, realizando un trabajo temporal como piloto de búsqueda y rescate.
La mandataria argentina viene pidiendo en forma insistente a Londres el reinicio de las negociaciones para discutir la soberanía de las islas, mientras la diplomacia de su país ha dado pasos para entorpecer la incipiente exploración hidrocarburífera en la región.