La cita del próximo 25 de febrero fija las bases para un intento final de que la reforma clave del presidente de EE.UU. sea aprobada en el Congreso.
Washington. El llamado del presidente Barack Obama a una cumbre bipartidista sobre el sistema de salud fija el escenario para un intento final de que la legislación sea aprobada en el Congreso, pero republicanos escépticos dijeron que la única solución es volver a empezar.
Obama pidió a los republicanos que lleven sus mejores ideas sobre el sistema de salud a la conferencia del 25 de febrero con la esperanza de revitalizar el asunto, que se ha visto amenazada desde que los demócratas perdieron su crucial voto número 60 en el Senado el mes pasado.
La cumbre, que Obama quiere que sea transmitida por televisión, le daría otra oportunidad de que la opinión pública se incline hacia la poco popular legislación que es vital en la agenda doméstica del presidente.
La reunión también respondería las críticas de que no involucró a los republicanos y en su lugar negoció acuerdos entre bastidores en un esfuerzo porque la reforma fuera aprobada.
"El presidente está intentando cambiar el mal ánimo respecto a este tema y mitigar las críticas de que está imponiendo este proyecto a la gente", dijo Bob Blendon, un analista de políticas de salud en la Universidad de Harvard.
Pero los republicanos del Congreso dijeron que estaban cautelosos respecto a las intenciones de Obama y no estaban de ánimo para ceder sobre un proyecto al que los sondeos muestran que la mayoría de los estadounidenses de oponen.
"Los republicanos dan la bienvenida a la discusión honesta, pero este evento apesta a treta política", dijo el representante republicano Tom Price. "Las únicas discusiones constructivas comenzarán con una hoja de papel en blanco".
La Casa Blanca dijo que la cumbre no buscaba ser un vehículo para que el debate sobre el sistema de salud volviera a empezar.
"El presidente no cree que debamos comenzar de nuevo", dijo el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer.
La sesión dará a los republicanos la oportunidad de explicar su unificada oposición al proyecto. Ellos ven su postura como clave para su sorpresiva victoria en Massachusetts el mes pasado, cuando el republicano Scott Brown se adjudicó el escaño del fallecido senador demócrata Edward Kennedy.
"No creo que sea posible transar en este proyecto", dijo a Reuters Dave Camp, el máximo republicano en la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes.
"La estructura está hecha de tal manera que va a aumentar costos, aumentar impuestos y dar poder al gobierno para que intervenga entre la gente y sus doctores", señaló.
Una cumbre marcada por un estancamiento más partidista podría dar a Obama una excusa para avanzar con el proyecto mediante un proceso de presupuesto que sólo requiere una mayoría simple de 51 votos en el Senado de 100 miembros, evitando que la oposición republicana lo detenga.
La disputa por el sistema de salud ha consumido al Congreso desde el verano boreal y los demócratas están ansiosos de concentrarse en la creación de empleos y la economía antes de las elecciones de noviembre para el Congreso.