Varios medios de comunicación publicaron este sábado que el ex presidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, acusó en una delación premiada ante la justicia a Rousseff de haberle pedido unos US$5,9 millones para la campaña electoral de 2014.
Río de Janeiro. La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, acusó hoy a la prensa de lanzar una campaña calumniosa en su contra, al divulgar que recibió sobornos de la constructora Odebrecht para financiar su última campaña electoral.
Rousseff dijo a través de las redes sociales de internet que las informaciones publicadas este sábado por la prensa local "son mentirosas e infundadas", al reiterar que "jamás intercedió personalmente ante cualquier persona o empresario para buscar beneficios financieros" para sí misma o para cualquier otra persona.
Varios medios de comunicación publicaron este sábado que el ex presidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, acusó en una delación premiada ante la justicia a Rousseff de haberle pedido 21 millones de reales (unos 5,9 millones de dólares en el tipo de cambio actual) para la campaña electoral de 2014, en la cual Rousseff se impuso en segunda vuelta.
Marcelo Odebrecht está detenido desde junio del año pasado y fue sentenciado a 19 años de prisión por su vinculación con la red de corrupción en la petrolera Petrobras, sin embargo llegó a un acuerdo con la justicia brasileña para colaborar con las investigaciones del caso a cambio de una rebaja en su condena.
"La ofensiva de los sectores de la prensa con el objetivo de atacar la honra personal de la presidenta no prosperará. Está fundada en una calumnia", dijo Rousseff tras conocerse las versiones periodísticas.
La presidenta suspendida del cargo desde el pasado 12 de mayo, dijo que las supuestas denuncias de sobornos fueron filtradas "de forma selectiva y cobarde" por medios de comunicación "sin compromiso con la verdad".
Rousseff, quien enfrenta un proceso de "impeachment" (juicio político) por supuestas irregularidades fiscales, fue reemplazada en el cargo por el vicepresidente Michel Temer, que asumió la presidencia de manera interina y puede acabar el mandato que vence el 1 de enero de 2019, en caso de que el Senado opte por destituirla.
Sobre el proceso que se enfrenta, Rousseff dijo que "se mantiene firme porque sabe que no hay nada que pueda incriminarla", pues considera que su trayectoria política muestra el compromiso con las prácticas republicanas, el combate a la corrupción y la defensa de la democracia brasileña.