"Espero una situación mejor, pero no tengo como garantizar que 2016 sea maravilloso. No lo será muy probablemente, pero tampoco será con la dificultad inmensa que muchos pintan", sostuvo este martes la mandataria brasileña.
Río de Janeiro. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo este martes que 2016 tal vez no sea un año "maravilloso", sin embargo descartó que sea de "dificultades inmensas, como muchos pintan".
"Espero una situación mejor, pero no tengo como garantizar que 2016 sea maravilloso. No lo será muy probablemente, pero tampoco será con la dificultad inmensa que muchos pintan. Continuaremos teniendo dificultad, porque no sabemos la repercusión de todo lo que está sucediendo en la economía internacional", dijo Rousseuff desde Sao Paulo.
La mandataria admitió que Brasil debe tener una contracción económica este año, que según el mercado financiero debe ser del 2%, lo cual "requerirá mucho cuidado" para que no se repita en 2016.
Pese a ello, la presidenta se mostró confiada en que el duro ajuste fiscal implantado por su gobierno este año, con un fuerte recorte del gasto público y un aumento de la recaudación tributaria, ayude a minimizar el impacto externo en la economía nacional.
"Las medidas comenzaron a ser implantadas y no tenemos cómo estar peor en el futuro", aseguró Rousseff, quien criticó el pesimismo que los mercados tienen respecto al futuro del país, aunque dijo "comprender" la insatisfacción de la sociedad, pues "las personas siempre quieren que todo sea resuelto inmediatamente".
El nivel de popularidad de la presidenta de Brasil, según los sondeos más recientes, es de 8%, récord mínimo histórico, debido a la desaceleración económica del país y a los escándalos de corrupción, principalmente el ventilado en la petrolera estatal Petrobas, que dañó la imagen del gobierno.
Inconcebible. El vicepresidente brasileño, Michel Temer, dijo el martes que un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff era "inconcebible".
Temer dijo que Rousseff le pidió que siguiera siendo el enlace de su Gobierno con su coalición en el Congreso en una nueva fase ahora que se aprobó la legislación de austeridad fiscal.
Las declaraciones de Temer se producen un día después de que decidiera abandonar su rol como coordinador político diario entre la mandataria y el Congreso.
Sondeos de opinión muestran que los brasileños están a favor de someter a Rousseff a un juicio político, en medio de la peor desaceleración económica en más de 25 años y de un escándalo por prácticas corruptas dentro de la petrolera estatal Petrobras.
* Con información de Reuters y Xinhua.