La presidenta de Brasil aprovechó la histórica ceremonia de inauguración del primer trecho de siete kilómetros del Metro de la ciudad de Salvador, para decir: "Somos un país democrático, respetamos los derechos de las personas de manifestarse".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, advirtió este jueves que el gobierno no tolerará actos de vandalismo en eventuales protestas durante el mundial de fútbol, llamó a acabar con el desánimo con el torneo y convocó a obtener el hexacampeonato por parte de su selección.
Pero aclaró, citada por la agencia DPA, que "no tendremos la menor contemplación con quien crea que puede practicar actos de vandalismo o afectar el derecho de la mayoría".
La mandataria aseguró, además, que el gobierno "garantizará la seguridad a todos los turistas, brasileños y extranjeros".
La advertencia ocurre un día antes de la ceremonia de apertura y el partido inaugural de la cita deportiva, entre Brasil y Croacia, que se disputará en el Arena Corinthians de San Pablo. Para ahuyentar el desánimo, Rousseff apeló a la pasión de los brasileños por el fútbol.
"No es verdad que Brasil no quería el Mundial. Veo la alegría del pueblo brasileño con nuestra selección y con otras que están llegando de todo el mundo. Tenemos todo para hacer el Mundial de los Mundiales", dijo, citada por la agencia Brasil 247.
"Ahora comienza el partido. Lo que tenemos que hacer es ayudar a la selección. Vamos a buscar nuestro hexa campeonato", enfatizó.
Diversas organizaciones sociales y sindicales paulistas han manifestado su intención de realizar actos contrarios a los gastos públicos destinados a preparar el certamen.
Al menos seis colectivos prometieron realizar mañana el "Gran Acto 12 de Junio No Va a haber Copa", el cual, de llevarse a cabo, podría congestionar la Radial Este, principal vía de acceso al estadio.
La presidenta de Brasil también rebatió argumentos que indican que el gobierno gastó más con obras para el Mundial que con la educación del país.
"Es una comparación absurda. Hay un intento de politizar algo que no puede ser politizado. El gasto en educación en 2014, juntando gobierno federal, gobiernos estatales y municipios, es de 1,7 billones. Entonces comparar ese monto con 8.000 millones gastados en aeropuertos, es absurdo", dijo.