En un acto electoral, ambos defendieron la política económica del Gobierno y aseguraron que la inflación está bajo control.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor en el cargo y mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva, rebatieron en un acto electoral las criticas sobre la situación de la economía brasileña.
En un acto en Montes Claros (estado de Minas Gerais, sureste de Brasil), ambos defendieron la política económica del Gobierno y aseguraron que la inflación está bajo control, pese a situarse en julio por primera vez (6,52%) superior al límite establecido por el Gobierno (6,5%).
"No haremos aquello de crear un fiscal para ir corriendo atrás de las personas, y después el mercado paralelo hacer que los precios suban. Quien nos ayudará a controlar la inflación es el pueblo brasileño, no comprando las cosas que están caras", dijo Lula, ex presidente de Brasil entre 2002 y 2010.
Rousseff, que habló después de Lula, negó que Brasil esté pasando por un mal momento económico. "Os pido la atención de todos ustedes: No se crean que Brasil está en una situación de crisis en la proporción que ellos dicen. No somos una isla, por el contrario, somos un continente. Aquí la inflación está bajo control", comentó.
El principal rival de Rousseff en las elecciones, el socialdemócrata Aécio Neves, hace hincapié en la situación económica mala que vive el país para intentar llegar a un segundo turno electoral, ya que todos los sondeos indican una victoria de Rousseff en la primera vuelta, aunque muy ajustada para evitar un segundo turno.
El mercado financiero rebajó esta semana, por novena semana seguida, al 0,9% sus previsiones para el crecimiento económico de Brasil este año, mientras que la Confederación Nacional de la Industria lo situó en 1,0% y el Gobierno, tras empezar en 2,5%, lo sitúa ahora en el 1,8%.