La presidenta brasileña y el candidato socialdemócrata tienen menos de tres semanas para convencer a quienes no votaron por ellos.
No hubo mucho tiempo para festejar en Brasil los resultados de la primera vuelta electoral que dejó a la actual mandataria, Dilma Rousseff, y al senador Aécio Neves en la carrera por la presidencia del país más poblado de América Latina. Este lunes (06.10.2014) ambos candidatos sacaron lo mejor de su artillería para convencer a los electores de la conveniencia de votar por ellos en el balotaje del 26 de octubre.
La primera en sacar las armas fue la presidenta Rousseff, quien dijo que su rival socialdemócrata y promercado representa el regreso de “fantasmas del pasado”, en una evidente alusión a los dos mandatos de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002). “Una vez más tendremos en Brasil una comparación entre dos proyectos. No sólo compararemos propuestas, sino gobiernos muy concretos. El gobierno de Cardoso, ante la crisis, quebró el país tres veces”, disparó Rousseff.
Rousseff, que sumó el 41,59% de los sufragios y quien durante la campaña presidencial atacó duramente a la líder ambientalista Marina Silva (tercera en las urnas, con 22 millones de votos), ahora elogió a la ex candidata, cuyo apoyo es disputado tanto por su Partido de los Trabajadores (PT) como por Neves. “Recibí una llamada telefónica extremadamente gentil y civilizada de Marina. Me felicitó por la elección y yo le agradecí”, confidenció.
Fantasmas y monstruos. Neves, quien también recibió una llamada de Silva, dijo en Sao Paulo que su opción es la que encarna el cambio “por el que claman más del 60% de los brasileños”. El ex gobernador de Minas Gerais también afirmó estar feliz de “liderar ese nuevo proyecto político” en la segunda vuelta electoral. Para él, los votos de Marina Silva son también parte de esa búsqueda de cambio, aunque Rousseff descree de ello y previó que los electores de la ecologista se repartirán, en lugar de volcarse todos hacia un solo candidato.
Neves, que sumó el 33,55% de los votos, agradeció el “esfuerzo, trabajo y confianza” de sus “compañeros” en todo el país, “especialmente en (el Estado de) Sao Paulo", donde tuvo una amplia ventaja, y subrayó que “Brasil necesita reencontrarse con el desarrollo, con más empleos, con la salud”. Respondiendo a Rousseff, aseguró que “la candidata oficialista habla de los 'fantasmas del pasado' y yo cito a los 'monstruos del presente': la inflación alta, la falta de crecimiento y la corrupción”.