El presidente brasileño viajará al país islámico este fin de semana para convencer a sus autoridades de reconsiderar un estancado acuerdo de intercambio de combustible nuclear.
Moscú. El presidente ruso, Dmitry Medvedev, dijo este viernes que su homólogo de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, tiene pocas probabilidades de éxito en su misión de convencer a Irán este fin de semana para que negocie sobre su disputado programa nuclear.
El presidente brasileño viajará a Irán este fin de semana en un intento por convencer a la república islámica de que reconsidere un estancado acuerdo de intercambio de combustible nuclear, aunque las potencias mundiales están discutiendo nuevas sanciones en su contra.
"¿Usted quiere que yo de las probabilidades del presidente Lula?", dijo Medvedev, respondiendo a un reportero que preguntó sobre la posibilidad de éxito del mandatario brasileño en su viaje a Irán el sábado.
"Okey. Como mi amigo el presidente brasileño es un optimista, también deberé ser optimista. Le doy 30%", agregó durante una conferencia de prensa conjunta con el líder de Brasil.
A la misma pregunta sobre las opciones de éxito en las reuniones con el liderazgo iraní, que comenzarán el domingo, en una escala de uno a 10, Lula respondió: "daría un 9,9".
Medvedev, haciendo eco a un alto funcionario estadounidense que habló anteriormente esta semana, dijo que el viaje de Lula probablemente sea la última posibilidad de encontrar una solución al estancamiento por el disputado programa iraní.
Estados Unidos, Israel y grandes potencias de la Unión Europea (UE) dicen que los esfuerzos de Teherán son una fachada para el desarrollo de armamento atómico y quieren evitar que la república islámica tenga acceso a este tipo de amenazas.
Irán niega que busque fabricar una bomba nuclear, mientras Rusia sostiene que existen dudas válidas respecto a los verdaderos objetivos del programa nuclear de la república islámica.
Misión difícil. Lula busca mediar en una de las negociaciones internacionales más complicadas del mundo, en un intento por ganar un rol diplomático digno de la fuerte economía de Brasil.
El país cuenta con un puesto temporal en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Lula se opone a más sanciones contra Irán, argumentando que dichas medidas generalmente golpean a los más pobres y podrían aislar más a Teherán.
Lula presionará a líderes iraníes para que reconsideren una estancada propuesta de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés), con la cual Irán enviaría uranio bajamente enriquecido al extranjero y recibiría a cambio material altamente refinado.
"Voy a Irán con la convicción de que conseguiremos un acuerdo", dijo Lula en la conferencia de prensa. "Si no lo conseguimos, me iré a casa contento porque al menos no fui negligente", aseguró.
Tras muchas discusiones, el acuerdo de la ONU no prosperó porque Irán insistió en realizar el intercambio en su propio territorio. Estados Unidos ha acusado a la república islámica de tratar de ganar tiempo al aceptar la mediación de Brasil.
"Tiene una misión difícil. Realmente espero que la misión del presidente brasileño termine en éxito. Es quizás la última posibilidad antes de tomar decisiones en el marco del Consejo de Seguridad", precisó el mandatario ruso.
Rusia, al igual que China, se han mostrado reacios a apoyar nuevas medidas punitivas en contra de Teherán hasta que se agoten otras opciones, a pesar de que Medvedev y el político más poderoso de Rusia, el primer ministro Vladimir Putin, siempre han dejado la puerta abierta a mayores sanciones.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, además de Alemania, están negociando un borrador de resolución de sanciones contra Irán por negarse a detener sus labores de enriquecimiento de uranio.
Brasil ha dicho que no está dispuesto a apoyar una cuarta ronda de sanciones de la ONU contra Irán hasta que todas las vías de diálogo hayan sido agotadas.