Los grupos son pequeños y los disturbios contenidos, pero la disidencia está aumentando en esta volátil ciudad andina, un barómetro de la frustración de los venezolanos con la crisis económica que está presionando al gobierno de Nicolás Maduro.
San Cristóbal. Una vez más, jóvenes encapuchados están bloqueando las calles y quemando neumáticos en la ciudad venezolana de San Cristóbal, epicentro de las masivas protestas antigubernamentales de 2014.
Los grupos son pequeños y los disturbios contenidos, pero la disidencia está aumentando en esta volátil ciudad andina, un barómetro de la frustración de los venezolanos con la crisis económica que está presionando al gobierno de Nicolás Maduro.
Los estudiantes, que también acusan al gobierno de corrupción y represión, amenazan con masificar las movilizaciones. Maduro ha etiquetado a los manifestantes de "golpistas".
"Ya es hora", dijo Deiby Jaimes, de 21 años, detrás de una barricada de basura humeante, a unos metros de la policía. "Hay una crisis social, económica y política. En lo económico estamos totalmente perdidos y desvariando".
Pero Jaimes y otros estudiantes dijeron que estaban a la espera de si otros venezolanos también saldrán a las calles.
Las protestas del año pasado devinieron en violencia, que dividió a la oposición, y no lograron un amplio apoyo de las clases menos favorecidas. Por ello, líderes opositores como el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, han hecho un llamado a concentraciones pacíficas.
"La gente quedó con miedo", agregó Jaimes, estudiante de contabilidad, mientras docenas a su alrededor golpeaban piedras con un ritmo amenazador. "Pero el miedo se les está quitando debido a la escasez. Estamos esperando un estallido social".
La alta demanda tras la temporada navideña agravó la escasez en el país de 29 millones de habitantes, obligando a los venezolanos a hacer enormes colas que han devenido en algunos enfrentamientos por la codiciada leche o pañales.
'Ciudad de la cordialidad' combativa. Conocida como la 'ciudad de la cordialidad', San Cristóbal, de poco más de un millón de habitantes, ha vuelto a atraer la atención desde año nuevo por los enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Fue aquí que el supuesto intento de violación de una estudiante universitaria el año pasado detonó las protestas que se extendieron en todo el país y dejaron 43 fallecidos.
El Mayor General Efraín Velasco, a cargo de la seguridad de la región occidental andina, llamó a los manifestantes delincuentes descarriados. "Quieren encender nuevamente la ciudad".
Su lema, añadió, se puede reducir a "como yo pienso diferente, yo te tumbo a ti".
De hecho, Maduro asegura que políticos de derecha, aupados por Estados Unidos y los medios de comunicación extranjeros, están tramando un "golpe económico" para derrocar a su gobierno socialista. Manifestantes replican que sólo están denunciando políticas erróneas, como el control de cambios que ha debilitado las importaciones y agudizado la escasez.
Oficiales del Ejército dijeron el jueves que 18 manifestantes habían sido detenidos en San Cristóbal, capital del estado Táchira, en los últimos diez días. Seis de ellos permanecen tras las rejas.
El grupo de derechos humanos Foro Penal dijo que 56 manifestantes fueron detenidos en todo el país en lo que va del 2015, aunque la mayoría ya fueron puestos en libertad.
Un guardia nacional disparó a un manifestante en el pecho la noche del jueves durante los enfrentamientos en San Cristóbal, según un dirigente estudiantil. Reuters no pudo verificar inmediatamente la información.
A pesar de las escaramuzas, la situación sigue estando muy lejos de los tres meses de protestas del 2014, las mayores en más de una década en el país.