Aunque es improbable que la supertormenta Sandy determine si el presidente Barack Obama o el republicano Mitt Romney llegará a la Casa Blanca, expertos sostienen que podría exponer las fallas en la manera en que Estados Unidos realiza sus elecciones.
Washington. La devastadora tormenta que azotó la Costa Este de Estados Unidos la semana pasada podría enviar vientos de incertidumbre a la elección presidencial de este martes, reduciendo la ya estrecha contienda y sembrando dudas sobre la legitimidad del resultado en los comicios.
Aunque es improbable que la supertormenta Sandy determine si el presidente Barack Obama o el republicano Mitt Romney llegará a la Casa Blanca, expertos sostienen que podría exponer las fallas en la manera en que Estados Unidos realiza sus elecciones, alentando una extensa discusión legal y persistentes resentimientos en un país ya dividido en sus líneas partidistas.
En el peor escenario posible, los estragos causados por la tormenta podrían hacer que Obama pierda el voto popular y aún así gane la reelección, alentando virulentos recuerdos de la disputada contienda del 2000 que permitió al republicano George W. Bush triunfar por sobre el demócrata Al Gore.
Los cambios de último minuto impuestos por funcionarios electorales también podrían dar poder a los abogados de campaña que buscan desafiar el resultado de la elección.
Por lo menos, una reducida asistencia añadiría otro comodín a una elección que se proyecta estaría entre las más reñidas de la historia de Estados Unidos. Cientos de miles de electores podrían decidir ir a votar a último minuto, dado que aún enfrentan cortes de energía, escasez de combustible y bajas temperaturas.
"Es una posibilidad de que veamos un significativo descenso en la asistencia en algunas de estas áreas densamente pobladas", dijo Michael MacDonald, profesor de la Universidad George Mason, experto en votación anticipada.
"Los efectos podrían ser bastante dramáticos en términos de la votación popular", agregó.
Otro dolor de cabeza. La elección del martes plantea otro dolor de cabeza para los funcionarios locales en Nueva York y Nueva Jersey, las regiones más afectadas por la tormenta.
Rescatistas siguen recuperando cuerpos, 1,9 millones de hogares y negocios siguen sin suministro eléctrico y decenas de miles de personas están sin calefacción en momentos en que las temperaturas caen cerca del nivel de congelamiento.
Sandy, una de las peores tormentas que ha golpeado a Estados Unidos, azotó la región con vientos de 129 kilómetros por hora, mientras que las comunidades costeras resultaron inundadas. Al menos 113 personas en Estados Unidos y Canadá perdieron la vida por Sandy.
Autoridades electorales ahora enfrentan desafíos sin precedentes. En la ciudad de Nueva York, a 143.000 votantes se les ha asignado nuevos centros de votación. El alcalde de la ciudad Michael Bloomberg calificó al consejo electoral de la ciudad el domingo como "disfuncional" y advirtió que la entidad necesita dar a conocer claramente los cambios a los funcionarios electorales.
En Nueva Jersey, donde el 25% de los hogares y negocios están sin energía, funcionarios están permitiendo a los votantes desplazados emitir su voto por correo electrónico.
Expertos legales sostienen que los recientes cambios, aunque bien intencionados, podrían dar al candidato perdedor una base para desafiar los resultados de los comicios.
El caos tras el paso de Sandy también podría exponer las falencias en el misterioso sistema electoral que Estados Unidos utiliza para elegir a sus presidentes.