El mandatario aseguró que estas zonas en donde permanecerán grupos de desmovilizados contarán con presencia del Estado y con la verificación de la ONU y que no serán zonas de despeje como lo insinuó recientemente el procurador general, Alejandro Ordoñez.
Bogotá. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, durante una cumbre de alcaldes en Cartagena de Indias, defendió este viernes las zonas de concentración de exguerrilleros de las FARC en un eventual posconflicto.
El mandatario aseguró que estas zonas en donde permanecerán grupos de desmovilizados contarán con presencia del Estado y con la verificación de la ONU y que no serán zonas de despeje como lo insinuó recientemente el procurador general, Alejandro Ordoñez.
"No escuchen esas voces, aquí no va a haber ningún despeje, aquí no va a haber ningunos 'Caguanitos', eso es mentira, nadie ha pensado en eso, nadie ha hablado de eso (...) no van a ser localizados al lado de poblaciones (los desmovilizados), eso ya está establecido, no van a ser indefinidos como aquí les han dicho, tienen unos límites de tiempo, no van a ser sitios donde no se pueda ejercer el estado de derecho", explicó.
Ordoñez por su parte, aseguró que estas zonas son en esencia zonas de despeje indefinidas en las cuales los ciudadanos quedarían expuestos a las acciones de los grupos armados si no se aclaran de una vez las condiciones en las que se darán estos espacios.
"¿Podrán los alcaldes ordenar a la policía ingresar a esas zonas? ¿podrá el alcalde dictar medidas como la restricción y vigilancia de las vías por donde se desplace la población? Eso en la ley no está claro, y la experiencia al igual que el texto del proyecto de ley sugieren que los alcaldes no podrán ejercer sus funciones", se preguntó el procurador.
Asimismo celebró el reciente anuncio del presidente Santos acerca de su renuencia a firmar un mal acuerdo con la guerrilla de las FARC solo para cumplir la fecha que se había puesto como límite para el fin del proceso de paz, el próximo 23 de marzo.
Desde hace tres años, el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC adelantan este proceso en La Habana, Cuba, con el fin de poner fin al conflicto armado interno que vive el país desde hace 50 años y que deja más de 7 millones de víctimas, entre ellas, más de 200 mil muertos.