El presidente colombiano Juan Manuel Santos planteó dicha posibilidad con miras que se cumpla a partir del 1º de enero como medida para desescalar el conflicto.

Un contundente impulso le dio este miércoles el presidente Juan Manuel Santos al proceso de paz que se adelanta en La Habana con las Farc. Con un mensaje dirigido al máximo comandante de esa guerrilla, Timoleón Jiménez alias Timochenko, el mandatario puso sobre la mesa la posibilidad de decretar un cese al fuego bilateral a partir del próximo 1º de enero, al señalar que “podríamos, por ejemplo, terminar el punto cinco, el del fin del conflicto, y así poder decretar el un cese al fuego bilateral y verificable internacionalmente”.

Santos, reconociendo que silenciar los fusiles es una clara muestra de voluntad de las partes y una medida para desescalar el conflicto, recordó una declaración de Timochenko, en la que el jefe guerrillero aseguró que el cese bilateral podría llegar antes. “¿Por qué no darle un buen regalo de Navidad o Año Nuevo al país?, y como dicen le ‘cojo la caña’: hagamos ese esfuerzo”, señaló el mandatario.

La estrategia es clara. Con el reloj andando y una fecha marcada en el calendario, el Gobierno se la está jugando toda para poder cumplir con la meta establecida de llegar a la firma final de un acuerdo de paz para el 23 de marzo de 2016, o incluso antes si las condiciones están dadas.

Pero no será tarea fácil. De decretarse el cese al fuego bilateral, los negociadores de gobierno y guerrilla tendrán la prioridad de acordar en la mesa de diálogos de La Habana el mecanismo de verificación del mismo con el fin de garantizar que las partes cumplan lo pactado.

Sobre el tema se refirió el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana, quien explicó que “ya en la Comisión Técnica de Fin del Conflicto en La Habana hay presencia de un delegado de las Naciones Unidas y de un delegado de Unasur para establecer las características técnicas de cómo debería ser la verificación del cese bilateral. Esta no es una discusión propiamente política, es una discusión técnica, se necesita tener experiencia sobre cómo funciona eso. Eso está avanzando”.

El operativo de monitoreo del cese, según De la Calle, podría ser uno de los más grandes del mundo y el papel de Naciones Unidas será más que esencial en la puesta en marcha. Y aunque aún no hay claridad sobre cómo será el mecanismo de control, de acuerdo con Fabrizio Hochschild, representante de la ONU en Colombia, el tema ya se está discutiendo intensamente. “Es importante tener un sistema de verificación para asegurar que este cese el fuego bilateral sea robusto. Porque si no, sería un cese débil. De todas formas esta verificación tendrá participación nuestra en términos de monitoreo y apoyo”.

Aunque el anuncio muestra avances positivos en las negociaciones de La Habana, el tema no cayó bien en algunos sectores y las voces críticas no se hicieron esperar. El expresidente Álvaro Uribe señaló que “Santos aceptó suspender bombardeos, no ataca la extorsión y tampoco los cultivos ilícitos y el narcotráfico. Yo creo que acá hay un cese unilateral por parte del Gobierno” y agregó que “humilla a los colombianos con mentiras y nos engaña alterando la reacción francesa que fue de unidad contra el terrorismo y no a su favor”.

El anuncio del presidente Santos, además de sorpresivo, resulta crucial, pues el próximo martes empieza el ciclo 43 en La Habana, donde se está avanzando rápidamente y en diferentes temas. Los negociadores están a punto de terminar el punto de víctimas, los asesores jurídicos de las Farc y del Gobierno están dando las últimas pinceladas del acuerdo sobre justicia transicional y la comisión del fin del conflicto ahora tendrá que definir los parámetros del cese bilateral.

Con el acelerador a fondo, desde Colombia también se intenta avanzar con el trámite del denominado acto legislativo para la paz que está siendo discutido, en segundo debate, en el Congreso. La iniciativa busca crear una comisión legislativa especial con 21 parlamentarios, encargada de tramitar en corto tiempo las leyes que se requieran para poner a andar los acuerdos de La Habana.

Del mismo modo, se le entregarán al presidente Santos facultades extraordinarias para expedir decretos con fuerza de ley referentes al proceso de paz.

El acto legislativo, sin embargo, ha sido rechazado por el jefe de la subcomisión técnica de las Farc, Carlos Antonio Lozada, quien ha señalado que el proyecto “no fue consensuado con la insurgencia. La unilateralidad e imposición conducen al fracaso”. Por eso, el presidente Santos reveló que una delegación de congresistas viajará a La Habana con el fin de explicar los trámites que se llevan a cabo en el Legislativo en relación con el proceso de paz.

Se ha confirmado que viajarán los congresistas Roy Barreras, Horacio Serpa, José Luis Pérez, Antonio Navarro Wolff, Hernán Andrade, Iván Cepeda, y los presidentes de la Cámara de Representantes, Alfredo de Luque, y del Senado, Luis Fernando Velasco. El viaje está previsto para hoy al mediodía y los delegados regresaran al país mañana.

De acuerdo con el jefe de Estado, el viaje tiene como propósito “explicar lo que está sucediendo en el Congreso en materia del fin del conflicto, en materia del proceso de paz y de las reformas que se están tramitando. Decirles a estos señores, que han visto esto con cierta aprehensión, que esto lo que hace es acelerar la implementación de los acuerdos que son de interés de todo el mundo”.

De este modo, luego del apretón de manos que tuvieron el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las Farc Timoleón Jiménez, Timochenko, cuando se comprometieron a firmar el acuerdo en máximo seis meses (23 de marzo), el interés de finalizar el conflicto se está haciendo evidente, pues entre las partes está claro que la implementación del posconflicto es un proceso complejo, en el que el primer año es clave y este debe ser durante el actual Gobierno, porque en política y elecciones todo puede pasar.