"Para nosotros está claro que el reinado de la familia Assad está llegando a su fin", dijo Rex Tillerson a periodistas en Italia antes de salir de la reunión del G-7 rumbo a Moscú.
Lucca, Italia/Moscú. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, llevó a Moscú un mensaje unificado de potencias mundiales el martes, cuando denunció el respaldo ruso a Siria y adoptó el tradicional papel de su país como líder de Occidente en representación del Gobierno de Donald Trump.
Tillerson viajó a Rusia este martes desde Italia, donde se reunió con ministros de Relaciones Exteriores del G-7. A ellos se unieron aliados de Oriente Medio para llegar a una posición en común sobre Siria, que fue catapultada al tope de la agenda internacional desde que un ataque químico dejó 87 muertos la semana pasada.
Los países occidentales culpan al presidente sirio, Bashar al-Assad, por el ataque químico y Trump respondió con el lanzamiento de misiles crucero contra una base aérea siria. Eso puso al Gobierno estadounidense en una disputa abierta con el presidente ruso, Vladimir Putin, que ha mantenido su respaldo a su aliado Assad, que niega tener responsabilidad en el ataque químico.
"Para nosotros está claro que el reinado de la familia Assad está llegando a su fin", dijo Tillerson a periodistas en Italia antes de salir de la reunión del G-7 rumbo a Moscú. "Esperamos que el Gobierno ruso concluya que se han alineado con un socio no confiable en Bashar al-Assad", agregó.
En un comunicado emitido antes de la llegada de Tillerson, Rusia afirmó que esperaba que sus reuniones con el enviado estadounidense fueran productivas, pero que le preocupaban varias áreas de la política exterior del país norteamericano, incluyendo Corea del Norte, Libia y Yemen, además de Siria.
El papel de Tillerson como mensajero para una postura unida del G-7 es un punto de inflexión para Trump, que en el pasado preocupó a sus aliados al manifestar escepticismo sobre el valor del apoyo estadounidense a sus socios tradicionales, mientras llamaba a vínculos más estrechos con Moscú.
El diplomático estadounidense se reunirá con su homólogo ruso, Sergei Lavrov. El Kremlin informó que Tillerson no se entrevistará con Putin en el viaje, aunque medios rusos han informado que de todos modos podría producirse ese encuentro.
Países de Occidente han llamado a que Assad abandone el poder desde 2011, cuando comenzó una guerra civil en que han muerto más de 400.000 personas y que ha creado la peor crisis de refugiados en el mundo.