Osama creía que si asesinaba Obama, asumiría automáticamente el puesto el vicepresidente Joe Biden, quien a decir del líder terrorista “no estaba en absoluto preparado para ese puesto y eso iba a llevar a Estados Unidos a una crisis”.

Washington. Andina. El líder de la red terrorista Al-Qaeda, Osama bin Laden, ordenó los asesinatos del presidente estadounidense, Barack Obama, y del general David Petraeus, informó el diario The Washington Post.

David Ignatius, un columnista del diario, indicó que a través de un “alto” funcionario del gobierno tuvo acceso a documentos recientemente desclasificados y que fueron incautados durante el operativo de un comando estadounidense el pasado 1 de mayo en el que murió abatido Bin Laden dentro de su vivienda secreta en Abbottabad, Paquistán.

De acuerdo con la fuente, Bin Laden había instado a sus principales lugartenientes a atacar el avión de Obama, quien asumió el cargo en enero de 2009, y a Petraeus, ex jefe de las tropas estadounidenses y la OTAN en Afganistán y actual jefe de la CIA.

El informe cita a un funcionario familiarizado con los documentos de Bin Laden, quien afirma que Al-Qaeda no tenía los medios para llevar a cabo los asesinatos y carecía de “capacidad para planificar, organizar y ejecutar ataques complejos y catastróficos”, aunque “persistía la amenaza”.

Bin Laden quería atacar Estados Unidos para detener el derramamiento de “sangre musulmana”.

Según el informe, citado por la agencia DPA, Bin Laden, cuya red terrorista se adjudicó los atentados de 2001 en Nueva York y Washington, consideraba a Obama “líder de los infieles”.

Osama creía que si lo asesinaba, asumiría automáticamente el puesto el vicepresidente Joe Biden, quien a decir del líder terrorista “no estaba en absoluto preparado para ese puesto y eso iba a llevar a Estados Unidos a una crisis”.

De acuerdo con el informe, el ex jefe terrorista calificó a Petraeus como el “hombre del momento ... y su muerte podría alterar el rumbo de la guerra” en Afganistán. Funcionarios del gobierno estadounidense aseguraron al diario que el complot contra Obama y Petraeus nunca fue una amenaza seria.