En uno de los cables filtrados, el anterior gobierno estadounidense juzgaba que las fuerzas militares de Colombia no eran "capaces de desarrollar una operación de rescate de rehenes sin poner en peligro la vida de estos rehenes".
Bogotá. El Gobierno de EE.UU. consideraba, bajo el mandato de George W. Bush, que las Fuerzas Armadas colombianas no eran "capaces de desarrollar una operación de rescate de rehenes sin poner en peligro la vida de estos rehenes".
Así lo afirmó en septiembre de 2004 el entonces embajador en Bogotá, Wiliam B. Wood, en un cable secreto enviado a Washington, y que fue publicado este jueves en la página de WikiLeaks.
En este cable, el embajador daba cuenta de la situación de los tres estadounidenses que permanecían detenidos en aquella época por las FARC: Thomas R. Howes, Marc D. Gonzalves y Keith D. Stansell.
Precisamente los tres estadounidenses, que habían sido secuestrados en 2003, fueron liberados en una exitosa operación desarrollada por el Ejército colombiano en julio de 2008, la Operación Jaque, en la que también fue liberada la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y once militares y policías.
Pero cuatro años antes, EE.UU. parecía no confiar mucho en "el entrenamiento, el equipamiento y las tácticas" de las Fuerzas Armadas colombianas, y por tanto, prefería una operación de rescate que pudiera ser coordinada por sus propios mandos militares, algo en lo que coincidía el presidente Álvaro Uribe.
"El presidente Uribe nos ha dicho -explicaba el embajador- que permitiría un esfuerzo unilateral estadounidense para liberar a los rehenes, y nosotros creemos que las fuerzas de seguridad -con un cierto disgusto- aceptaría esta decisión".
No obstante, el embajador consideraba "inevitable" que en la operación participaran las Fuerzas Armadas colombianas, "dado la localización remota de los rehenes".
Su grado de cooperación, añade el embajador, "dependerá de la naturaleza de nuestra cooperación y de nuestra relación con las unidades de rescate colombianas".