Más que un debate sobre fuerzas militares, la reunión de los países líderes en la materia pretende revisar la seguridad mundial desde la política, la resolución de conflictos y la economía.
Una de las distorsiones más frecuentes cuando se abordan los debates sobre asuntos de seguridad, es la tendencia a considerarlos exclusivamente a partir de las estadísticas sobre delincuencia y la acción de las fuerzas estatales para conjurar su arremetida en una región determinada. Donde más robos o asesinatos hay es donde están las dificultades de seguridad, y cuando el índice de aquellos delitos tiende a cero es porque el problema está resuelto. Punto.
En realidad, el asunto no es tan simple, y prueba de ello son los frecuentes desacuerdos entre autoridades policiales y mandatarios locales cuando aparece un nuevo informe sobre la materia. Cada vez hay más variables para medir la seguridad, datos más completos, herramientas estadísticas más sofisticadas y hasta desarrollos conceptuales desde las más distintas orillas que invitan a la reflexión. Seguridad nacional, seguridad ciudadana, seguridad alimentaria y muchas otras son expresiones utilizadas con frecuencia para alertar sobre el camino que una ciudad o país deben seguir.
Y no es que sean contradictorias. De hecho, existe consenso en que la seguridad es la condición insoslayable para que una persona pueda ejercer sus derechos. Hablar de seguridad es referirse al problema del ladrón de la calle, sí, pero también lo es referirse a los desafíos medioambientales, el desarme nuclear o los procesos de paz.
Esa mirada integral es la que ha llevado a que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) se convierta en la autoridad líder en la promoción de políticas para fomentar la paz y la seguridad globales. Nacido en 1958 en el Reino Unido, el IISS realiza cumbres regionales para debatir acerca de las amenazas de seguridad: Shangri-la (Singapur), en Asia; Manama (Baréin), para el Oriente Medio ampliado, y el Diálogo de Cartagena, cuyo encuentro será del 6 al 8 de marzo, en la Heroica.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno; Min Zhu, subdirector del Fondo Monetario Internacional, y Chao Taeyul, viceministro de Asuntos Internacionales de Corea, son algunos de los invitados internacionales al encuentro, que también contará con la presencia de los líderes de las multinacionales más grandes del mundo, primeras interesadas en el tema. El coorganizador del encuentro es el Ministerio de Defensa de Colombia.
Y para que no quede duda del enfoque amplio en el abordaje de la seguridad ni de la sintonía entre el Ministerio de Defensa y los esfuerzos de paz Gobierno-Farc, uno de los oradores especiales del encuentro será el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle. Compartirá escenario en el foro “Resolución de conflictos y reconstrucción de sociedades”, en el que también estarán Dino Patti Djalal, exministro de Relaciones Exteriores de Indonesia, y Senen Bacani, miembro del Panel Gubernamental de Negociación de Paz de Filipinas.
El tema del crimen organizado y la minería ilegal es uno de los que más atención despiertan entre las delegaciones de los gobiernos, mientras que a los empresarios les interesa también el de servicios financieros. A propósito, la importancia del foro, que será el encuentro multilateral más grande que se haya realizado en América Latina y, según la viceministra de Defensa, Diana Quintero Cuello, invita a la toma de decisiones coordinadas en políticas de seguridad y defensa y a la creación de escenarios propicios para entablar negocios en la región Asia-Pacífico. Este enfoque, que les da relevancia a los aspectos de negocios, ha hecho que el encuentro de Cartagena se conozca en el ámbito económico como el “Mini-Davos”, en alusión al Foro Económico Mundial.