Cristina Fernández, que defiende la ley que extendería el derecho de votar a personas de 16 y 17 años, ha dado puestos importantes en el gobierno a miembros de La Cámpora, el grupo político juvenil fundado por su hijo, Máximo.
Buenos Aires. El Senado de Argentina aprobaría el miércoles una ley para bajar a 16 años la edad mínima para votar, a tiempo para las cruciales elecciones legislativas que podrían determinar si la presidenta Cristina Fernández buscará un tercer mandato.
Fernández, que defiende la ley que extendería el derecho de votar a personas de 16 y 17 años, ha dado puestos importantes en el gobierno a miembros de La Cámpora, el grupo político juvenil fundado por su hijo, Máximo, y suele felicitar a activistas jóvenes por su fervor político.
Muchos jóvenes argentinos se identifican con el estilo desafiante de la presidenta y consideran que sus políticas económicas poco ortodoxas fueron las responsables de un largo auge económico que coincidió con el momento en que ellos ingresaron al mercado laboral después de la fuerte crisis del 2001/02.
Pero los críticos del gobierno dicen que la reforma es solo una estrategia que apunta a aumentar su base de apoyo, que está en descenso, previo a las elecciones legislativas previstas para octubre del 2013.
"De modo que hay antecedentes de reformas electorales que no han servido para mejorar el sistema electoral sino para aumentar desde la perspectiva del oficialismo una masa electoral. Entonces en este sentido a mí me deja muchas dudas este proyecto", dijo la senadora opositora Norma Morandini.
Los partidarios de la iniciativa, sin embargo, dicen que la nueva ley reforzará a la democracia y pondrá a Argentina en la misma línea que otras naciones que ya extendieron el derecho a voto a los más jóvenes.
La edad mínima para votar es de 16 años en varios países, incluyendo a Austria, Nicaragua y el vecino Brasil, donde los jóvenes de 16 años han podido votar desde 1988.
"Decir que hay una intencionalidad política es absurdo", dijo Elena Corregido, una senadora del partido oficialista que fue coautora de la ley.
"Siempre dicen que no es el momento o que hay una especulación política electoral, pero en realidad es un avance en el proceso democrático que estamos teniendo y que desde el 2003 ha sido un proceso democrático verdadero", agregó.
Algunos legisladores de la oposición también planean votar a favor de la reforma, que según indicó Corregido debería pasar pronto a la Cámara Baja y convertirse en ley el mes que viene.
La controversia sobre el proyecto de reforma se ha exacerbado debido a especulaciones de que Fernández podría seguir los pasos del venezolano Hugo Chávez y tratar de modificar la constitución para acceder a una reelección en 2015.
Analistas sostienen que es improbable que la mandataria logre asegurarse los dos tercios necesarios en el Congreso para convocar a una asamblea constitucional.
Fernández se ha mostrado evasiva sobre si le gustaría presentarse para un tercer mandato, pero igualmente eso depende de los resultados de las elecciones legislativas del año próximo.
La mayoría de los analistas políticos dicen que bajar la edad necesaria para votar no tendría un impacto significativo en los resultados -más de uno o dos puntos porcentuales-, aunque coinciden en que el gobierno y los partidos de izquierda serían los más beneficiados.
La reforma sumaría alrededor de 1,4 millones de votantes adolescentes, dependiendo del nivel de asistencia. Casi 23 millones de argentinos votaron el 2011 en los comicios presidenciales.
"Estamos hablando de un porcentaje bastante reducido y no van a votar todos por Cristina Fernández", dijo a Reuters la analista política Graciela Romer.
"En las últimas elecciones, el voto para Cristina Fernández entre los jóvenes fue más importante que la media, pero tampoco fue una avalancha", agregó.
Fernández y sus aliados controlan el Congreso pero los sondeos muestran que los niveles de aprobación cayeron este año debido a la desaceleración de la economía y el enojo de la clase media por algunas medidas, como la veda virtual para la compra de dólares.
Esto significa que para los aliados de Fernández podría ser difícil promover una reforma constitucional, aún con la pequeña ayuda que implicaría ampliar los derechos al voto para los jóvenes de 16 y 17 años.
"Hoy la población no es partidaria de la reelección. Pero no tiene que ver con el rechazo de la reelección de Cristina, tiene que ver con el rechazo de la idea de la reelección", dijo Romer.