Entre 1995 y 2002, Guterres fue primer ministro de Portugal. Reiteradamente se lo mencionó como candidato al cargo de presidente de su país. Pero él siempre declinó una postulación.
El período de Antonio Guterres al mando del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estuvo marcado por una de las mayores crisis de refugiados en décadas. Sobre todo los conflictos de Siria e Irak, al igual que los de Yemen y Sudán del Sur, entre otros, le depararon un triste récord en las postrimerías de su gestión: más de 60 millones de desplazados a nivel mundial hubo en 2015. La mayor cantidad registrada desde la fundación de la ONU. "Nunca había habido tanta necesidad de tolerancia, comprensión y solidaridad con gente que lo ha perdido todo”, dijo Guterres al respecto, puntualizando que el problema afecta las vidas de millones de personas, "tanto las de aquellos que se ven forzados a huir como las de quienes les dan albergue y protección”.
Entre 1995 y 2002, Guterres fue primer ministro de Portugal. Reiteradamente se lo mencionó como candidato al cargo de presidente de su país. Pero él siempre declinó una postulación.
Reformas exitosas
Como jefe de ACNUR (2005-2015) llevó a cabo una profunda reforma estructural del organismo. Y recibió muchas loas por su labor. Controversia causó la reducción de personal que llevó a cabo en la sede central, en Ginebra. Sin embargo, a pesar de contar con menos gente, demostró que se podía llevar a cabo más proyectos de ayuda e incluso triplicó el volumen de actividades de ACNUR.
Amnistía Internacional aplaudió su nominación, indicando que Guterres es un eficaz defensor de los refugiados y tiene "el potencial de encontrar un tono radicalmente nuevo en cuanto a los derechos humanos, en una época de grandes desafíos”.
Se lo describe como experimentado, abierto y buen orador. Además ha demostrado ser un hábil estratega, que persigue sus objetivos con tesón. Poco después de haber sido designado Alto Comisionado, advirtió con vehemencia de una agudización de la crisis de refugiados y demandó a los Gobiernos de los Estados más prósperos más dinero para la ayuda humanitaria. "Los países ricos no pueden ocultarse, por falsos temores por su seguridad”, dijo entonces.
Consenso en el Consejo de Seguridad
Como secretario general de la ONU, a partir de 2017 podrá reiterar sus exhortaciones con aún más autoridad. Le aguardan tareas de gran envergadura, entre las cuales el conflicto sirio probablemente represente el mayor desafío.
Pese a las actuales tensiones entre Rusia y Estados Unidos, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU mostraron un sorprendente consenso ante la prensa en la central de la ONU en Nueva York. "Hubo un candidato cuya experiencia, visión y versatilidad en una serie de campos resultaron convincentes”, señaló la embajadora estadounidense, Samantha Power. El embajador ruso, Vitali Churkin, calificó a Guterres como claro favorito para suceder a Ban Ki Moon, cuyo período expira a fines de año. La Asamblea General podría elegirlo ya en las próximas semanas.
Muchos de los 193 países de la ONU habían abogado por poner a una mujer al mando de la organización mundial. Había varias candidatas. Una de ellas, la ex jefa de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático Christiana Figueres, consideró en Twitter que es trágico que no haya sido nominada ninguna mujer. Pero agregó que Guterres era el "mejor hombre en la lid”.
