La marcha de este martes mantuvo el tono de los últimos años, con multitud de banderas secesionistas y llamados para el retorno de los políticos independentistas exiliados y la liberación de los que están en prisión provisional.
Barcelona. Las calles de Barcelona se llenaron este martes de separatistas catalanes, en el marco de la primera celebración del día de la región desde que el expresidente Carles Puigdemont declaró de manera unilateral la independencia de Cataluña el año pasado.
La Diagonal, una de las principales arterias de la capital catalana donde se realizó la manifestación, acogió a alrededor de un millón de personas, según la Guardia Urbana de Barcelona.
La marcha de este martes mantuvo el tono de los últimos años, con multitud de banderas secesionistas y llamados para el retorno de los políticos independentistas exiliados y la liberación de los que están en prisión provisional.
Los partidarios de que la región se separe de España han aprovechado durante los últimos años el 11 de septiembre -día nacional de Cataluña que conmemora la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión de 1714- para promover su causa.
Este año, el actual presidente de Cataluña, Quim Torra, y su predecesor Puigdemont, quien huyó a Bruselas en octubre después de que Madrid lo despojara de su cargo por sus ambiciones secesionistas, habían pedido una gran concurrencia para mostrar un apoyo continuo a la causa independentista.
"Nuestro Gobierno se ha comprometido a hacer efectiva la república", dijo Torra en un discurso televisado para conmemorar la ocasión. "Con toda la esperanza y también con todo el coraje por los días que vendrán, os deseo una muy buena Diada (día de Cataluña) ¡Viva Cataluña libre!".
El mandatario llevaba un lazo amarillo en apoyo a los nueve políticos cuya encarcelación por su papel en el proceso independentista se ha convertido en una de las mayores quejas del gobierno catalán.
El Gobierno español, liderado por el socialista Pedro Sánchez, ha realizado gestos de acercamiento con los líders catalanes, pero ha mantenido un rechazo a una consulta sobre la independencia.
La polarización por el tema independentista es muy pronunciada en Cataluña, que representa alrededor de una quinta parte del PIB de España y ya tiene un alto nivel de autonomía en áreas como educación y sanidad, además de su propia fuerza policial.
Una encuesta realizada en julio mostró que el 46,7% de los catalanes quiere un estado independiente, frente a un 44,9% que está en contra.