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Sicario confiesa 800 asesinatos en México
Miércoles, Febrero 12, 2014 - 09:32

Chávez Castillo, identificado como El Camello en el momento de su detención, testificó contra Arturo Gallegos Castrejón, acusado del homicidio de tres personas.

Excelsior.com.mx. Jesús Ernesto Chávez Castillo, detenido en México en julio de 2010 y vinculado con la matanza en ese año de 13 personas de Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez, confesó en una corte de El Paso, Texas, haber asesinado al menos a 800 personas.

Chávez Castillo, identificado como El Camello en el momento de su detención, testificó contra Arturo Gallegos Castrejón, acusado del homicidio de una empleada del consulado estadunidense en Ciudad Juárez y otras dos personas.

De acuerdo con un reporte de la cadena estadunidense Fox News, Chávez afirmó que tenía una “cuota” diaria de asesinatos como parte de una campaña “para infundir miedo entre la policía y el público”.

Quien fuera integrante de la pandilla Los Aztecas, al servicio del cártel de Juárez, afirmó que cuando llegó a 800 víctimas había dejado de contar el número de personas que había matado y que “a menudo” las decapitaba y descuartizaba “para impresionar a su jefe”.

Según Fox News, Chávez Castillo es el “testigo estrella” contra Gallegos Castrejón, quien está acusado de haber ordenado los ataques del 13 de marzo de 2010, en los que murieron Lesley Enríquez, empleada del consulado estadunidense en Ciudad Juárez; su esposo, el agente policiaco de El Paso Arthur Rediles, y Jorge Alberto Salcido Ceniceros, esposo de otra empleada del consulado.

Perdió la cuenta tras haber matado a 800. Jesús Ernesto Chávez Castillo, quien formaba parte de la banda Los Aztecas, revela que tenía una “cuota” diaria de homicidios.

El sicario confeso Jesús Ernesto Chávez Castillo, alias El Camello, afirmó que perdió la cuenta luego de asesinar a 800 personas, al testificar en el juicio en El Paso (Texas) contra Arturo Gallegos Castrejón, acusado del asesinato de una empleada del Consulado estadunidense en Ciudad Juárez y otras dos personas.

De acuerdo con un reporte de la cadena estadunidense Fox News, Chávez Castillo, quien fuera miembro de la pandilla Los Aztecas, afirmó que tenía una “cuota” diaria de asesinatos como parte de una campaña “para infundir miedo entre la policía y el público” al servicio del cártel de Juárez.

En su relato, Chávez Castillo, presentado como “testigo estrella” en el juicio contra Gallegos Castrejón, hizo historia de cómo Los Aztecas pasó de ser una banda basada en las cárceles de Texas a ser “asesinos a sueldo” para el cártel de Juárez.

Fox News subrayó que “miles de asesinatos cometidos por la banda durante un periodo de cuatro años ayudaron a que Ciudad Juárez ganara el título de “capital mundial del asesinato”.

Chávez afirmó que cuando llegó a 800 víctimas había dejado de contar el número de personas que había matado y que “a menudo” las decapitaba y descuartizaba “para impresionar a su jefe”.

La idea era “que fuera una gran noticia”, dijo.

Chávez Castillo aseguró que testificaba contra el que fuera su jefe porque era lo correcto, “ya que hice mucho mal”.

Gallegos Castrejón está acusado de haber ordenado los ataques del 13 de marzo de 2010, que resultaron en la muerte de Lesley Enríquez, empleada del consulado estadunidense en Ciudad Juárez; su esposo, el agente policiaco de El Paso Arthur Rediles, y Jorge Alberto Salcido Ceniceros, esposo de otra empleada del consulado.

A principios de febrero, añadió Fox News, un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y otro ex pandillero testificaron que los disparos podrían haber sido un caso de identidad equivocada.

Las víctimas viajaban en un vehículo Honda modelo Pilot y una camioneta Toyota, después de la fiesta de cumpleaños del hijo de un compañero de trabajo en el Consulado. El Honda coincidía con la descripción del vehículo de miembros de pandillas rivales.

Fox News indicó que “las revelaciones sobre la brutalidad del cártel de Juárez en su larga guerra con el rival cártel del Pacífico han proyectado una sombra escalofriante sobre el juicio”. Con todo, el grupo criminal ganó el control de la ruta de tráfico de drogas en la región de El Paso.

La cadena de televisión apuntó que “podría ser imposible demostrar cuántos asesinatos sean responsabilidad de la pandilla Los Aztecas o el cártel para el que trabajaba”.

Lo cierto, agregó, es que después de la detención de 35 de sus miembros en 2010 “la tasa de homicidios en la violenta ciudad bajó a dos mil 86 en 2011 de tres mil 622 el año anterior”. En 2012 la cifra de muertes violentas se redujo a 751 .

“La verdadera razón de la disminución de los asesinatos fue que el cártel del Pacífico ganó la guerra”, dijo Tristan Reed, analista de seguridad en México para la firma Stratfor.

Según esa opinión, “la tasa de asesinatos en Juárez persistió porque había dos organizaciones criminales poderosas que proporcionaban las armas, el dinero y las drogas ilícitas para impulsar a las bandas a matarse entre sí”.

Sin embargo, aun con el triunfo del cártel del Pacífico, la pandilla de Los Azteca siguió implicada en los últimos años en numerosos asesinatos “prominentes” en El Paso.

Asesinos masivos. Al top ten de los asesinos seriales se sumará el nombre de Jesús Ernesto Chávez Castillo, quien afirmó que perdió la cuenta luego de asesinar a 800 personas.

El ruso Vasili Blokhin es acusado de ordenar más de 7 mil homicidios, en la masacre de Katyn.
El indio Thug Behram estranguló a casi 931 personas durante 1790 y 1830. Es considerado el mayor asesino en serie (no militar) de todos los tiempos.
Gabriella Erzsébet, aristócrata eslovaca, La Condesa Sangrienta, pasó a la historia por una supuesta serie de 600 crímenes vinculados con la obsesión por la belleza. No obstante, historiadores contemporáneos consideran que estos crímenes pudieron ser invenciones de sus enemigos.
Óscar García Montoya, El Compayito, líder de la banda La Mano con Ojos, en 2011 confesó haber asesinado a 300 personas y haber mandado matar a otras 300, aunque llegó a mencionar haber sido el autor intelectual de 600 asesinatos.
Santiago Meza López, El Pozolero, uno de los 20 hombres más buscados por el FBI, tras su captura aceptó haber deshecho en ácido al menos a 300 personas durante el 2008.
El estadunidense Richard Leonard Kuklinski fue un sicario que confesó haber asesinado a más de 200 personas.
Pedro Alonso López, El Monstruo de los Andes, fue un asesino en serie colombiano que tras su captura en 1980 confesó el asesinato de más de 300 niñas y jóvenes en Ecuador, Perú y Colombia.

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