La Central Obrera Boliviana (COB) cortó este jueves el diálogo con el gobierno e intensificó la presión que ha cobrado fuerza en las calles, con protestas que exigen soluciones a la escasez y alzas de precios de los alimentos básicos.
La Paz. La central que agrupa a todos los sindicatos de Bolivia llamó a una huelga general para el viernes en demanda de un aumento salarial que compense el alza de precios, en una ruptura del apoyo que había dado hasta ahora al gobierno del presidente Evo Morales.
La Central Obrera Boliviana (COB) cortó este jueves un diálogo con autoridades e intensificó la presión que ha cobrado fuerza en las calles, con protestas casi a diario de parte de grupos de vecinos y sindicatos regionales que exigen soluciones a la escasez y subida de precios de alimentos básicos.
Los poderosos sindicatos campesinos, donde está la base de apoyo a Morales, dijeron que no participarán en la huelga por verla muy politizada, lo cual podría reducir el impacto de la protesta pues hay pocas posibilidades de que haya bloqueos de carreteras que afecten las labores de otros sectores.
La ruptura del diálogo, que el gobierno dijo que sería sólo pasajera, sobrevino horas después de que Morales calificara como "descabellada" a la propuesta de la COB de que se establezca un salario mínimo equivalente a casi US$1.200 mensuales, más de 10 veces el actual.
"El pueblo no come porcentajes y (el salario mínimo solicitado) no es descabellado para el estómago de los bolivianos", dijo a reporteros el líder de la COB, Pedro Montes, al abandonar una reunión con el nuevo ministro de Trabajo, Félix Rojas, quien trataba de frenar el paro del viernes.
El gobierno ha demorado su decisión sobre el aumento salarial de 2010, mientras el país está golpeado por un fenómeno de escasez de alimentos, principalmente azúcar y trigo, desatado por un reajuste de combustibles de fines del año pasado que Morales se vio forzado a anular.
El gobernante, quien es el líder de los sindicatos de productores de coca, anuló también en diciembre un incremento salarial de 20% con el que había acompañado al fallido "gasolinazo" y sugirió que el nuevo aumento sería muy inferior a esa cifra.
El líder sindical Montes dijo que la decisión de ir al paro "a estas alturas se ha vuelto irrevisable", pero rehusó señalar cuántos sindicatos nacionales participarían en la protesta, que incluiría marchas callejeras.
Morales hizo dos ajustes en su gabinete de ministros desde el pasado 23 de enero, incluidos los relevos de los titulares de Desarrollo Rural y de Trabajo, en un aparente intento por calmar las protestas y restaurar su alianza política con la COB y otras organizaciones populares.
El ministro de la Presidencia, Oscar Coca, declaró luego de la ratificación de la huelga que confiaba en que la ruptura sería superada "muy pronto" y que los líderes sindicales revisarían sus "posiciones extremas".
"El planteamiento básico de la dirigencia fue que querían debatir estos temas con el presidente y el vicepresidente. Queremos dejar claramente establecido que, por función, ésa es tarea de los ministros y ministras", dijo Coca.