La victoria de Hollande supone una alternativa a la política de ajuste y austeridad que rige en la eurozona para enfrentar la crisis económica impulsada por la jefa del gobierno alemán, la canciller Angela Merkel, y el propio Sarkozy.
Francois Hollande superó al actual mandatario Nicolas Sarkozy por 51,9% frente al 48,1%, en el balotaje, y se convirtió en el nuevo presidente de Francia, según anunció la televisión francesa en base a encuestas de boca de urna.
De esta forma Hollande, de 57 años, se convirtió en el segundo presidente de izquierda de la V República francesa, luego del doble mandato de Francois Miterrand, entre 1981 y 1995.
Hollande, quien este domingo por la mañana votó en Tulle, en su región natal de Correze (centro), realizará un discurso en los próximos minutos para luego dirigirse a París, donde un gran número de personas se dieron cita frente a la sede del partido en la rue Solferino de la capital. Otra fiesta popular tendrá lugar en la plaza de la Bastilla.
La participación habría superado el 80%, según France 2, superior a la primera vuelta al haber votado el de los casi 45,5 millones de electores habilitados.
Sin embargo, la participación fue inferior a la segunda vuelta de la presidencial de 2007, donde Sarkozy se impuso a la socialista Ségolene Royal.
Por su parte, Sarkozy, junto a su mujer, la ex modelo Carla Bruni, sufragó en una escuela del distrito 15 de París poco antes del mediodía.
Al promediar la tarde, el diario belga Le Soir anticipó que la Unión por una Mayoría Popular (UMP) suspendió el acto organizado en la plaza de la Concorde donde Sarkozy tenía previsto celebrar su reelección.
Sarkozy, quien reiteró en numerosas oportunidades que de perder se dejará la política, se convierte en el presidente más efímero en la V República francesa, pues sólo el conservador Valéry Giscard d’Estaing no logró ser reelecto en 1981, pero en ese entonces los períodos presidenciales eran de siete años y no cinco como lo determinó el referendo de 2000.
La ceremonia de traspaso de poder tendrá lugar el 15 de mayo, pero ni bien terminada la elección, los partidos continuarán en campaña para las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio, donde los franceses deberán votar para renovar los 577 diputados.
La victoria de Hollande supone una alternativa a la política de ajuste y austeridad que rige en la eurozona para enfrentar la crisis económica impulsada por la jefa del gobierno alemán, la canciller Angela Merkel, y el propio Sarkozy.
