La presidenta de las negociaciones climáticas de la ONU instó a los delegados reunidos en Durban a aprobar un acuerdo de compromiso que combata el calentamiento global.
Durba. La presidenta de las negociaciones climáticas de la ONU instó a los delegados reunidos en Durban a aprobar un acuerdo de compromiso que combata el calentamiento global, pero aún no se logra ya que países ricos y pobres discuten sobre el bajo alcance del paquete.
La canciller sudafricana Maite Nkoana-Mashabane dijo que los cuatro textos separados producidos no eran perfectos, pero que representaban un buen resultado tras dos semanas de negociaciones a veces tensas.
"Aceptemos el paquete resultante de Durban. Siento que las cuatro piezas del paquete ante nosotros (...) representan un conjunto amplio, equilibrado y creíble de resultados para esta conferencia", sostuvo.
"Creo que todos nos damos cuenta de que no son perfectos. Pero no deberíamos permitir que lo perfecto se convierta en el enemigo de lo bueno y de lo posible", añadió.
Las negociaciones, que debían terminar el viernes, se extendieron hasta el sábado y parecía que continuarían en un segundo día extra, mientras delegados visiblemente cansados discutían sobre un acuerdo.
El mal humor contrastaba con un cauteloso optimismo previamente, que sugería que el sábado podría haber sido posible un acuerdo sobre el paquete.
Los puntos conflictivos incluyen una extensión del Protocolo de Kioto, el único pacto global que obliga a la reducción de emisiones de carbono.
El borrador dice que la segunda fase de Kioto debe terminar en el 2017, pero eso choca con el propio objetivo vinculante de la Unión Europea de recortar las emisiones de carbono en un 20% al 2020.
Detrás de las discusiones, las negociaciones derivaron en una disputa entre Estados Unidos, que quiere que a todos los países contaminantes se les obligue al mismo estándar legal en lo que respecta a los recortes de emisiones, y China y la India, que buscan que sus economías de rápido crecimiento no se vean constreñidas.
Entre los puntos técnicos que impedían otros acuerdos del paquete figuraban discusiones sobre complejos permisos de emisión de los gobiernos y reglas de contabilidad forestal.
¿Esperanzas? Se mantenía el espectro de un colapso en las difíciles negociaciones.
Un fracaso sería un duro revés para la anfitriona Sudáfrica y aumenta las posibilidades de que el Protocolo de Kioto, el único pacto global vinculante que exige recortes a las emisiones de carbono, pudiera expirar a finales del año próximo sin que exista un tratado que lo suceda.
Más temprano, el enviado climático de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo Machado, dijo que aún creía que se podía llegar a un acuerdo y así evitar aplazar la toma de decisiones hasta el próximo año.
"Vamos a acordar un protocolo u otro instrumento legal. Todo está ahí", comentó. Los países en desarrollo y la Unión Europea objetaron la frase "marco legal" en un borrador anterior porque afirmaron que era demasiado vaga e insistieron en que "instrumento" implicaba un compromiso más vinculante.
Ese compromiso comenzaría "en el 2020, para no tener una brecha", explicó el representante brasileño. Esa fecha cumpliría con una demanda clave de la Unión Europea.
Sin embargo, los científicos advierten que se acaba el tiempo para cerrar la brecha entre promesas actuales en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y evitar un aumento catastrófico en las temperaturas promedio globales.
Informes de la ONU divulgados el mes pasado advirtieron que retrasos en un acuerdo global para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero harán más difícil mantener el aumento promedio de la temperatura en menos de 2 grados Celsius el próximo siglo.
Un planeta en calentamiento ya ha intensificado las sequías e inundaciones, ha aumentado las pérdidas de cosechas y el mar podría subir a niveles que sumergirían a pequeños países islas, que claman por metas más ambiciosas en los recortes de gases de efecto invernadero.