Las probabilidades de que haya un terremoto en los países centroamericanos son muy grandes, explica experto. En Honduras se han registrado al menos tres sismos solo en el último mes.
La ubicación de Centroamérica en una zona de convergencia entre cinco placas tectónicas hace propensa la actividad sísmica en la región, por lo que expertos no descartan que un gran terremoto sacuda el istmo.
Y es que los países centroamericanos están situados sobre las placas de Norteamérica, Cocos, del Caribe, Pacífico y de Sudamérica (en el caso de Costa Rica, Panamá, Nicaragua y parte de Honduras), cuyos constantes movimientos provocan sismos que a veces no son perceptibles para la población.
"Por la ubicación donde está Centroamérica es muy probable que en algún momento haya algún terremoto destructivo en otro punto. Es imposible predecir cuándo y es imposible prevenir dónde"; sin embargo, "en un período de tiempo va a haber un terremoto destructivo en algún punto", sostuvo Gerardo Martínez, Máster en Geotecnia, a la radio local HRN.
Semanas atrás, varios sismos se han registrado a lo largo del territorio centroamericano. En Honduras se han reportado al menos tres solo en el último mes. El más reciente fue el del 4 de septiembre en el Caribe, a 110 kilómetros al noreste de Roatán, Islas de la Bahía.
Anoche, también tembló en El Salvador. El epicentro del fenómeno se localizó a 45 kilómetros al sur de la costa del Puerto La Libertad; mientras otros seísmo se presentó hoy en la Región Autónoma de Atlántico Norte de Nicaragua.
El terremoto de 7.6 grados registrado ayer en Costa Rica ha activado las alarmas sobre las consecuencias de los movimientos telúricos y la capacidad de las infraestructuras para soportarlos.
"La placa del Pacífico está subduciéndose, metiéndose debajo de Centroamérica por decirlo así. Por el punto donde fue este terremoto, que se sintió más fuerte en Costa Rica, este terremoto fue provocado por un movimento subducido de la placa", explicó el ingeniero.
A criterio del experto, el potente sismo ocurrido el miércoles, liberó una gran cantidad de energía a lo largo de un área bastante grande, lo cual "hizo que no fuera un asunto devastador por no ser una cantidad de energía liberada en una zona puntual".
Lo contrario sucedió en Haití, indicó, donde el terremoto de 7.0 grados del 12 de enero de 2010 liberó energía en menor tiempo justo bajo el parque Central de Puerto Príncipe.
"Terremotos como el que hubo en Costa Rica ayudan a liberar energía. La energía se va generando por las fricciones de las placas y la fricción de una placa contra la otra no permiten que se mueva. Cuando se mueve un poquito, esa energía se libera y nos ayuda a que hayan terremotos menos fuertes. Un montón de temblores es mejor que un solo temblor", señaló.
Por consecuencia, varios sismos registrados a lo largo de un mes son mucho menos destructivos que uno solo que libere energía en cinco segundos, añadió.
Condiciones favorables para Costa Rica. Los habitantes de Costa Rica pueden considerarse afortunados, según Martínez, en vista de que el terremoto provocó daños menores a los que podrían esperarse a raíz de un sismo de tal magnitud.
"Costa Rica cuenta con un código de construcción sumamente estricto desde hace poco más de 30 años. Estaba viendo imágenes de edificios que sufrieron daños muy fuertes, pero funcionaron como deben funcionar", evitando pérdidas humanas, comentó.
Si bien alguna estructura deba ser demolina y edificada nuevamente, cumplieron su propósito de proteger a los seres humanos, pues los diseños asísmicos no buscan prevenir daños en las edificaciones, sino que estas "no colapsen y permitan a las personas evacuar", agregó.