La información de inteligencia que condujo a la ofensiva internacional contra el régimen de Saddam Hussein fue equivocada, dijo el ex primer ministro británico, quie asumió la responsabilidad total por las consecuencias.
El ex primer ministro británico Tony Blair admitió que las pruebas que proporcionaron los servicios de inteligencia para justificar la guerra de Irak en 2003 estaban equivocadas y expresó disculpas por las consecuencias de su decisión de iniciar el conflicto.
"La información de inteligencia que se produjo en el momento de la guerra resultó ser errónea, y las consecuencias resultaron ser más hostiles, prolongadas y sangrientas de lo que habíamos imaginado", señaló Blair en una comparecencia pública tras la divulgación del informe oficial en el Reino Unido sobre la invasión de Irak.
"Por todo eso, expreso más pena, arrepentimiento y disculpas de las del que ustedes puedan llegar a conocer o creer", afirmó Blair, que puntualizó, sin embargo, que si se hubiera dejado en el poder a Saddam Hussein, el expresidente iraquí hubiera supuesto una amenaza para la "paz mundial".
Antes, en un comunicado, Blair había asegurado que tomó la decisión de actuar militarmente junto con Estados Unidos contra el líder iraquí Saddam Hussein en 2003, de buena fe y considerando que era lo mejor para su país.
El informe, sin embargo, concluye que Reino Unido se unió a la invasión de Irak antes de haber agotado las opciones pacíficas y critica a Balir por basarse en informaciones de servicios de inteligencia que no fueron cuestionadas.
Preparan demandas. Varios antiguos combatientes y los familiares de los soldados británicos muertos en la guerra de Irak indicaron hoy que tratarán de procesar al exprimer ministro laborista Tony Blair, al que responsabilizan de un conflicto que califican de "ilegal".
Un grupo de veteranos de esa contienda, que duró del 20 de marzo al 1 de mayo de 2003 y fue seguida, hasta la retirada de tropas en 2009, de una sangrienta posguerra, se sumó a los parientes de los fallecidos para pedir responsabilidades políticas.
Muchos de ellos participaron en una manifestación en el centro de Londres, organizada por la Coalición Paren la Guerra, en solidaridad con las víctimas británicas e iraquíes y para condenar la invasión, que lideró Estados Unidos con el apoyo del Reino Unido.