Diana Marroquín Bayardo, popular por sus espacios en televisión, radio y prensa, en los que habla del horóscopo chino y lanza predicciones, atravesó un largo periplo para pasar de hombre a mujer y que el Estado admitiera su nueva identidad.
México DF. Asegura que predijo el tsunami del 2004 en el sudeste asiático y la explosión de una mina de carbón en el norte de México en el 2006. Además ofrece a sus simpatizantes convertirlos en millonarios siguiendo sus consejos de feng shui.
Diana Marroquín Bayardo, popular por sus espacios en televisión, radio y prensa, en los que habla del horóscopo chino y lanza predicciones, atravesó un largo periplo para pasar de hombre a mujer y que el Estado admitiera su nueva identidad.
La ahora mujer, conocida como Diana Bayardo, será la primera transexual con estatus legal en lanzarse como candidata a diputada federal en las elecciones de julio en México, un país considerado muy machista y donde se han registrado cientos de crímenes por homofobia en la última década.
Pese a ese machismo, la capital -Ciudad de México- ha ido en contrasentido del país y ha aprobado leyes progresistas como la despenalización del aborto, las bodas homosexuales y la legalización del cambio de sexo, abriendo paso a los transexuales en las filas del partido que gobierna la capital.
"No soy solamente una persona que se cambió de sexo y que quiere ser candidata. No es mi prioridad que se sepa (que es transexual), (sino que) es importante acercarme a todos los grupos vulnerables", dijo a Reuters Bayardo, de largo cabello rubio teñido, uñas postizas y zapatos de tacón alto.
La candidata, una abogada que busca un escaño por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) en un Congreso dominado por los hombres, propone crear un instituto que promueva la tolerancia a la diversidad sexual y la tipificación de las agresiones y crímenes de odio como delitos que requieren sanciones más severas.
México registró 705 asesinatos contra homosexuales entre 1995 y el 2009, de los cuales la mayoría está sin esclarecer, según la organización civil Letra S.
Y para muestra un botón. En Hidalgo, estado natal de Bayardo, la travesti Fernanda Lavalle, activista de 28 años de la organización civil Transgénero Hidalgo -que según medios locales ejercía la prostitución-, fue asesinada en junio del 2011.
Su cadáver fue hallado amarrado de pies y manos, amordazado, con los ojos vendados y con dos balas en la cabeza en la misma calle del municipio de Actopan donde dos años antes habían sido asesinadas otras dos mujeres transgénero.
En un país con fuerte influencia de la Iglesia Católica, donde el clero ha puesto el grito en el cielo por las reformas en la capital, Bayardo focalizará su trabajo en la Cámara baja en sensibilizar y promover reformas que protejan a las minorías de homosexuales, lesbianas y transexuales, dijo.
"Estamos en un estado de indefensión (...) En el DF (Distrito Federal) es el único lugar donde existe más respeto, leyes, pero no es así en ningún otro estado", dijo.
Bayardo es uno de los pocos casos en América Latina de incursión de transexuales en la política. En muchos países de la región, como Nicaragua, no está legalizado el cambio de sexo y apenas en el 2008 fue eliminada la homosexualidad como un delito.
El proceso para cambiarse de sexo no fue fácil, pero a ella le emociona mostrar su nueva identidad, prefiere dejar atrás su historia previa y ni siquiera quiere ni recordar su nombre.
Primero inició un tratamiento hormonal a los 17 años para ir eliminado el vello corporal y afinar la voz, entre otras cosas, para someterse a la operación de cambio de sexo poco después de cumplir los 20 años. Pero este sería sólo el comienzo.
Nació jurídicamente en el 2003, con 29 años. Su acta de nacimiento fue cambiada con el nuevo nombre, pero registrada solo con una anotación al margen con el cambio de sexo, dejando su identidad previa, algo visto como discriminatorio por expertos.
Esto pudo ser eliminado recién en el 2008, al aprobarse una reforma de diversidad sexo-genérica en Distrito Federal, que permitió el cambio total del acta de nacimiento y obligó a las dependencias del Estado como el seguro social a reconocer el cambio de sexo y la nueva identidad.
Luego de eso, comenzó un largo camino de trámites que dura no menos de un año para los residentes en la capital -más tiempo para la población del interior- para cambiar la identidad en instituciones que van desde los centros de estudios a los que asistió, hasta el documento para votar.
Hay quienes siguen sus pasos. La también transexual Diana Sánchez es una activista del Distrito Federal que busca ocupar un espacio en el Congreso de la Ciudad de México. Se espera que esta postulación se defina en los próximos días.