El octogenario militar retirado, quien lleva preso 26 años y aún enfrenta varias acusaciones por violaciones a los derechos humanos, aseguró en su primera alocución pública en casi dos décadas que busca "cerrar el ciclo de la era militar".
Ciudad de Panamá. El ex dictador Manuel Noriega pidió perdón a Panamá por los regímenes militares que dirigieron al país centroamericano durante dos décadas, que finalizaron con su derrocamiento y arresto tras la intervención militar de Estados Unidos en 1989.
El octogenario militar retirado, quien lleva preso 26 años y aún enfrenta varias acusaciones por violaciones a los derechos humanos durante sus seis años en el poder, aseguró en su primera alocución pública en casi dos décadas que busca "cerrar el ciclo de la era militar".
"Le pido perdón a toda persona que sienta ofendida, afectada, perjudicada o humillada por mis acciones o las de mis superiores en el cumplimiento de órdenes o las de mis subalternos en ese mismo estatus", dijo en una declaración preparada que leyó con voz firme en una televisora local.
El "hombre fuerte" de Panamá entre 1983 y 1989 apareció sentado, con una camisa blanca y lentes, y un buen semblante que contrastó con las imágenes que se filtraron el año pasado, donde se le veía caminar con dificultad y apoyándose en los guardias del penal tras pasar varios achaques de salud.
Noriega había dado una entrevista desde prisión en 1996 al presentador Larry King, de la cadena estadounidense CNN.
Luego de dos décadas preso en Estados Unidos por narcotráfico y varios años en Francia por lavado de dinero, Noriega fue a extraditado a su país, donde purga una condena de 60 años por asesinatos y delitos de lesa humanidad.
"Esta reflexión es cristiana y conlleva los actos de contrición correspondientes e inherentes a las expresiones del pedir perdón que yo acabo de hacer", dijo cuando le preguntaron qué le diría a la familia de uno de los opositores asesinados bajo su mandato.
La justicia ha denegado varias veces una medida de casa por cárcel que ha solicitado debido a su delicada salud el que fuera durante tres lustros jefe de inteligencia de los militares, mientras sus abogados tratan de evitar que sea procesado por la desaparición y asesinato de otro opositor.