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Tras el referéndum, ¿formará parte Turquía de la Unión Europea?
Lunes, Abril 17, 2017 - 12:36

Erdogan logró su propósito en las elecciones. La UE no celebra y pide cambios en la Constitución si Turquía quiere ingresar al bloque. ¿Está en peligro el acuerdo de los refugiados? Bernd Riegert informa desde Bruselas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la jefa de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, pidieron a Turquía en la noche del domingo buscar un consenso nacional para aplicar los grandes cambios en la constitución tras los ajustados resultados del referéndum. Ninguno mostró ninguna emoción frente a los resultados. Tampoco felicitaron al ganador. Prefieren esperar la evaluación de los observadores electorales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en el proceso.

"La reforma de la Constitución será observada para verificar si se ajusta con las obligaciones de Turquía como país candidato para adherirse a la UE", explicaron ambas instituciones europeas en Bruselas.

El Parlamento de la UE se opone. Ya en noviembre de 2016, el Parlamento Europeo había expresado su deseo de suspender las negociaciones de adhesión de Turquía. A pesar de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tachó de nazis a políticos europeos y le declaró la guerra así a la UE en la reciente campaña electoral, los Estados miembros se abstuvieron de responder. Tras la victoria de Erdogan en el referéndum de este domingo, es probable que no se llegue a un acuerdo. 

El pedido de Austria de cancelar por completo las negociaciones estaría ganando seguidores. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, mantiene hasta ahora su posición formal sobre la adhesión de Turquía, debido al papel que cumple Ankara en el acuerdo sobre los refugiados.

La UE y Erdogan acordaron hace un año que Turquía acepte la devolución de todos los refugiados de Grecia. A cambio, recibiría seis mil millones de euros indirectamente a través de ayudas para los refugiados en Turquía. Tras este trato, se redujo el flujo de refugiados hacia Grecia y en la ruta de los Balcanes. Y por este acuerdo se reactivaron las negociaciones de adhesión con Turquía, que hasta entonces habían fracasado.

Los turcos iban a poder entrar a la UE en el futuro sin necesidad de visado, tan pronto Turquía cumpla las últimas condiciones para ello. Que estas condiciones se cumplan tras el triunfo de Erdogan en el referéndum es una tema por ahora incierto.

"Negociaciones deshonestas". El vicepresidente del Parlamento Europeo, Alexander Lambsdorff, pidió a la UE que sea honesta y ponga fin a las negociaciones: "La fantasías presidenciales todopoderosas de Erdogan indican claramente las grandes diferencias con los valores básicos de la Unión Europea. Ya es hora de poner fin a las deshonestas negociaciones de adhesión de Turquía y marcar nuevas bases respecto a la relación con ese país".

Por su parte, Juncker ha rechazado las repetitivas amenazas de políticos turcos de suspender el acuerdo de refugiados. Recientemente, Juncker aseguró que se había acostumbrado a estas amenazas.

En términos puramente formales, es difícil que Turquía, sin una verdadera separación de poderes, cumpla con los criterios formales de la Unión Europea para un Estado de derecho. El único aspecto crítico que el presidente de la Comisión Europea había hecho público hasta ahora era la reintroducción de la pena de muerte en ese país. Y esta semana, Erdogan puso nuevamente este tema sobre la mesa.

El último lazo. La parlamentaria europea de izquierda, Martina Michels, acaba de participar como observadora en Ankara en un juicio contra opositores y ve con escepticismo, como muchas otras organizaciones no gubernamentales, un posible fin de las negociaciones de la adhesión a la UE. Esto terminaría con el último lazo importante, a través del cual todavía se podría ejercer influencia sobre Turquía. Y muchos grupos de la sociedad civil turca deben estar pidiendo a Europa: "No nos dejen solos". 

En todo caso, Ankara sigue estando relacionada con Europa debido a su fuerte política de seguridad. Turquía es miembro de la OTAN y esta membrecía no está en discusión. En ese aspecto, el país es, por su geografía estratégica entre el Cáucaso y Oriente Medio, muy importante. La OTAN tiene criterios menos estrictos que la UE. Incluso cuando Turquía era gobernada por los militares, el país permaneció en la alianza.

Autores

Deutsche Welle