El mandatario insistió que el convenio no es "justo" para EE.UU. y que intentará negociar un nuevo ingreso o un "mejor" acuerdo, con mejores condiciones para su país.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció oficialmente este jueves que retirará a su país del Acuerdo de París, el tratado mundial que fue firmado por 200 países a finales de 2015 y cuyo fin es reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero para hacer frente al cambio climático.
El mandatario anunció en los jardines de la Casa Blanca que tomó la decisión "por el bienestar de los ciudadanos estadounidenses". Además señaló que el acuerdo suscrito en París por el Gobierno de su antecesor, Barack Obama, era el "ejemplo más reciente" de Washington firmando acuerdos que no benefician a Estados Unidos.
Trump rechazó que el tratado de París por su supuesto gran costo económico para su país, riesgo legal, y por desventajar a EE.UU. ante los "grandes contaminadores del mundo".
"Como alguien a quien le importa mucho el medio ambiente no puedo apoyar con la conciencia tranquila un acuerdo que castiga a Estados Unidos", añadió. El mandatario dijo que debía quedar en claro que un nuevo tratado debe ser mejor para los trabajadores estadounidenses y apuntó que el actual es a costa de los ciudadanos de su país. Trump dijo que quería un acuerdo justo y añadió que si esto se lograba iba a estar bien y si no, también.
Para el mandatario estadounidense, el Acuerdo de París puso en desventaja financiera a Estados Unidos en relación con otros países. "Esto tiene menos que ver con el clima y más con otros países obteniendo ventajas financieras por sobre Estados Unidos", añadió.
El presidente se refería a las restricciones al uso de carbón en Estados Unidos, mientras que China y Europa pueden seguir construyendo plantas de procesamiento para su procesamiento. Trump afirmó que no era que el acuerdo estuviera eliminando los trabajos en la industria del carbón, sino que simplemente los estaba derivando a países extranjeros.
Además, el mandatario, aseguró también que el país "necesita todas las formas de energía estadounidense disponibles" o "estará en grave riesgo de caídas y apagones".
El convenio tiene como objetivo que la emisión conjunta de gases de efecto invernadero de los países signatarios quede en cero para la segunda mitad del siglo. Para ello, deberían emitir gases a un nivel que pueda ser compensado a través de mecanismos naturales o artificiales para absorber el carbono de la atmósfera.
La decisión significa una victoria para los asesores más radicales de Trump, el estratega Stephen Bannon y el consejero Stephen Miller. Aunque según las encuestas, dos tercios de los estadounidenses estaban a favor de la permanencia en el acuerdo.
Hasta el sector energético de Estados Unidos se había mostrado en gran parte en contra de abandonar el Acuerdo de París. Así como también el resto de Gobiernos del G7, el grupo de los países más industrializados del mundo, quienes intentaron convencer a Trump de la importancia de ese tratado para proteger el medio ambiente el fin de semana pasado.
Con esta decisión, EE.UU. se sumará a Nicaragua y Siria, hasta ahora los únicos dos países no firmantes de los compromisos de París.