Los asesores de Trump están a punto de completar una revisión total de la política sobre Cuba y le enviarían sus recomendaciones a Trump en los próximos días, dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
El presidente Donald Trump viajaría el próximo viernes a Miami para anunciar la nueva política de Estados Unidos sobre Cuba, que podría endurecer las normas sobre viajes y comercio que fueron modificadas por su predecesor Barack Obama, de acuerdo a un funcionario y a otras personas con conocimiento del tema.
Los asesores de Trump están a punto de completar una revisión total de la política sobre Cuba y le enviarían sus recomendaciones a Trump en los próximos días, dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
La idea es que el mandatario republicano dé a conocer las medidas el próximo viernes en un discurso en Miami, cumpliendo una promesa de campaña que buscará justificar al menos parcialmente sobre la base de los derechos humanos, dijeron las fuentes, aunque advirtieron que el anuncio se podría retrasar.
En julio de 2015, Estados Unidos y Cuba restauraron sus relaciones diplomáticas tras 54 años. Luego de eso, Obama dio varios pasos para flexibilizar las restricciones comerciales y de viaje a la isla, pero el Congreso controlado por los republicanos es el único que puede levantar el embargo.
Cuba estima que desde que entró en vigor hace más de 50 años, el embargo ha provocado daños por US$125.000 millones al país y sostiene que es el principal "obstáculo para el desarrollo económico y social" de la isla.
Si bien los cambios puntuales que aplicaría Trump todavía no están listos, las fuentes señalaron que el presidente probablemente revelará un plan de retroceso parcial y no total sobre las medidas de Obama.
Entre las opciones en consideración estaría prohibir a las compañías estadounidenses que hagan negocios con emprendimientos cubanos relacionados con los militares -que controlan gran parte de la economía de la isla de gobierno comunista- y endurecer las reglas para los ciudadanos de Estados Unidos que viajen a Cuba, según fuentes cercanas a las discusiones.
En momentos en que la revisión sobre la política estadounidense hacia La Habana se acerca a su etapa final, se ha acentuado la presión de todas las partes intervinientes para lograr influir en la decisión de Trump.
El viernes un grupo de legisladores republicanos envió una carta a Trump pidiéndole que no anule las políticas de Obama. Siete miembros del partido expresaron "profunda preocupación" de que el mandatario esté evaluando rescindir las políticas de Obama, ya que eso "incentivaría a Cuba a volverse otra vez dependiente de países como Rusia y China".
La advertencia refleja una creciente discrepancia en el Congreso estadounidense acerca de retomar una posición más combativa con La Habana, incluso al interior del Partido Republicano que tradicionalmente se ha inclinado por una línea política más dura con Cuba.
Altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional se reunieron el viernes para empezar a terminar la lista de recomendaciones, dijeron las fuentes.
Si bien funcionarios del Gobierno dijeron que los cambios de Trump no romperían las relaciones diplomáticas restauradas hace dos años después de más de cinco décadas de hostilidad, las divisiones continúan dentro de la Casa Blanca acerca de cuán lejos llegar, especialmente debido a que la reconciliación con Cuba ha generado oportunidades a las empresas estadounidenses.
Poco después de ganar la elección presidencial en noviembre, Trump amenazó con "terminar" con la posición fijada por Obama a menos que Cuba hiciera concesiones importantes, algo poco factible. Obama implementó las medidas a través de decretos y Trump tiene poder para deshacer muchos de ellos.