Con este trámite, Donald Trump se convierte en el nominado oficial del Partido Republicano y solo resta que acepte la candidatura el jueves en su discurso de cierre del cónclave que comenzó este lunes.
Cleveland, EE.UU. Trece meses después de lanzar una improbable campaña a la Casa Blanca, Donald Trump se aseguró este martes la nominación presidencial republicana tras vencer a 16 rivales en las primarias, enfrentarse a los líderes del partido y crear frecuentes controversias.
El hijo mayor del magnate inmobiliario, Donald Trump Jr, anunció el apoyo de los delegados electorales del Estado de Nueva York, hogar del candidato, lo que le aseguró la mayoría necesaria para ser quien compita en representación de los republicanos en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre contra la posible candidata demócrata, Hillary Clinton.
Acompañado por tres de sus hermanos, el hijo de Trump dijo: "Es un honor poder poner a Donald Trump por encima del umbral en la cuenta de delegados esta noche (...) Felicidades, papá. Te queremos".
Clinton reaccionó rápidamente y escribió en la red social Twitter después de la votación: "Donald Trump acaba de convertirse en el candidato republicano. Ayuden ahora que nos aseguremos que nunca ponga un pie en el Despacho Oval".
Trump sumó 1.725 delegados, seguido por el senador Ted Cruz de Texas, con 475; el gobernador de Ohio, John Kasich, con 120; y el senador Marco Rubio de Florida, con 114. Otros tres candidatos se llevaron un total de 12 delegados.
Tras la votación para escoger al candidato a la presidencia, la convención escogió al gobernador de Indiana, Mike Pence, de 57 años, como candidato a la vicepresidencia y compañero en la carrera de Trump.
Hablando ante la convención tras lograr la nominación, Trump apareció en un video transmitido desde Nueva York, prometiendo que ganará la elección de noviembre, creará empleos, fortalecerá al Ejército, vigilará las fronteras y "restaurará la ley y el orden" en Estados Unidos.
La votación estado por estado para nominar a Trump como candidato a la presidencia se dio un día después de que sus opositores intentaron llevar adelante un procedimiento que dejara constancia de la resistencia a su candidatura y tras un discurso de su esposa, Melania, que motivó acusaciones de plagio.
El magnate inmobiliario de Nueva York, mejor conocido por los estadounidenses gracias a su papel en el programa de televisión "The Apprentice" donde hizo famosa la frase "estás despedido", entró hace más de un año a la carrera por la nominación presidencial republicana como alguien sin experiencia en cargos públicos y con pocas posibilidades de ganar.
El martes, bajo el lema "Poner a Estados Unidos a trabajar nuevamente", los oradores en el estadio de baloncesto Quicken Loans de Cleveland debían criticar lo hecho por el presidente demócrata Barack Obama en temas económicos durante sus ocho años en el poder.
En su lugar, uno tras otro la emprendieron contra Clinton, presentándola como alguien desconectada de las preocupaciones del estadounidense común y la heredera del "opresivo" Gobierno de Obama.
Clinton, de 68 años y ex secretaria de Estado de Obama, debería ser nominada formalmente a la presidencia durante la Convención Nacional Demócrata la próxima semana en Filadelfia.
En muchos sondeos de opinión, Trump aparece segundo después de Clinton luego de una dura primaria republicana. Sin embargo, el magnate recortó la diferencia a 7 puntos porcentuales desde 15 a fines de la semana pasada, según un sondeo de Reuters/Ipsos divulgado el martes.
Cómoda ventaja. Trump rehusó inicialmente a descartarse como candidato independiente si no obtenía la nominación republicana.
Pocas semanas después de que anunció su candidatura en la Torre Trump en Nueva York el 16 de junio del 2015, el millonario inmobiliario logró una cómoda ventaja en la carrera republicana, desafiando a expertos que lo habían descartado y eclipsando al que muchos veían como ganador de las primarias: el ex gobernador de Florida Jeb Bush, parte de la dinastía política del partido.
En una campaña marcada por insultos y una retórica virulenta, Trump explotó la profunda veta de infelicidad de los estadounidenses blancos de clase media, dando voz a los millones que se sienten olvidados en nombre de la globalización y que rechazaron a republicanos tradicionales como Bush en favor de alguien ajeno al sistema que prometió que "Hacer grande nuevamente a Estados Unidos".
Sus rivales lo llamaron intolerante, debido a sus propuestas de prohibir temporalmente el ingreso de musulmanes al país y de construir un muro en la frontera con México para impedir el paso de inmigrantes indocumentados.
Subrayando los problemas que Trump ha enfrentado con los aliados de Washington en el extranjero, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, dijo que el millonario amenaza a la seguridad de Estados Unidos y el mundo con sus "políticas del miedo y aislamiento".