En la medida de mayor alcance desde que asumió el poder el 20 de enero, el líder republicano suspendió el viernes por 120 días la entrada de refugiados al país norteamericano, prohibió indefinidamente el arribo de refugiados sirios y vetó por 90 días a ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalía, Sudán, Siria y Yemen.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se defendió el domingo de las críticas surgidas tanto en su país como en varias partes del mundo por las restricciones de viaje que impuso su Gobierno contra refugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
En la medida de mayor alcance desde que asumió el poder el 20 de enero, el líder republicano suspendió el viernes por 120 días la entrada de refugiados al país norteamericano, prohibió indefinidamente el arribo de refugiados sirios y vetó por 90 días a ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalía, Sudán, Siria y Yemen.
"Nuestro país necesita fronteras fuertes y vetos radicales. AHORA. Miren lo que ha pasado en toda Europa y en el mundo: ¡Un desastre horroroso!", escribió Trump en Twitter el domingo. "Los cristianos de Oriente Medio son ejecutados en masa. ¡No podemos permitir que este horror continúe!", declaró.
El presidente ha justificado las restricciones como una forma de proteger a los estadounidenses de atentados terroristas.
Grupos de derechos humanos, activistas y políticos demócratas anunciaron que pelearán contra el decreto, que ha provocado caos y confusión en aeropuertos de todo el mundo y dio paso a protestas el sábado en terminales aéreas estadounidenses.
El líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, expresó una crítica velada a la orden ejecutiva.
"Es importante recordar que algunos de nuestros mejores recursos en la guerra contra el terrorismo radical son los musulmanes, tanto en este país como en el exterior (...) Necesitamos ser cuidadosos al hacer esto", dijo el senador al programa "This Week" de la cadena ABC.
Uno de sus compañeros republicanos en el Senado, John McCain, fue más severo, al decir que los decretos aprobados activaron un confuso proceso que podrían dar al grupo extremista Estado Islámico material de propaganda.
Las condenas a las prohibiciones también llegaron desde el exterior, incluyendo a aliados tradicionales de Estados Unidos.
En Alemania, que ha recibido a gran cantidad de personas que huyen de la guerra en Siria, la canciller Angela Merkel dijo que la lucha global contra el terrorismo no esa excusa para las restricciones y "no justifica poner a personas bajo una sospecha generalizada sólo por su origen o su fe (religiosa)", dijo su portavoz. [nL1N1FJ0AG]
Un juez federal de Brooklyn, en Nueva York, invalidó preliminarmente los decretos en un fallo emitido el sábado por la noche. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), que representa a dos iraquíes que se vieron afectados por la orden mientras intentaban ingresar a Estados Unidos, presentó exitosamente sus argumentos para una estadía temporal.
El dictamen no revierte la orden de Trump, pero evita que quienes ya ingresaron a Estados Unidos sean deportados. Anthony Romero, director ejecutivo de ACLU, dijo en una entrevista con la cadena CNN que el caso podría llegar hasta la Corte Suprema.
Por separado, un grupo de fiscales estatales discutían la posibilidad de presentar sus propias demandas contra las restricciones de Trump, dijeron funcionarios de tres estados a Reuters. Otras organizaciones evalúan demandas constitucionales alegando discriminación religiosa.