El líder del Kremlin, ovacionado antes del partido inaugural del torneo entre la selección local y Arabia Saudita, habló durante su discurso de mostrarle al mundo la hospitalidad rusa, en momentos en que el país lucha contra las sanciones occidentales.
Moscú. Rusia dio este jueves la bienvenida a la Copa del Mundo con la llegada de entusiastas aficionados a Moscú y otras 10 ciudades, mientras el gobierno de Vladimir Putin continuaba ridiculizando los esfuerzos de Occidente por aislar al mandatario.
El líder del Kremlin, ovacionado antes del partido inaugural del torneo entre la selección local y Arabia Saudita, habló durante su discurso de mostrarle al mundo la hospitalidad rusa, en momentos en que el país lucha contra las sanciones occidentales impuestas tras la anexión de la provincia ucraniana de Crimea hace cuatro años.
Putin, que habló en la ocasión de un amor por el fútbol que une al planeta “como un solo equipo”, destacó que “en esta unidad, en la que no reinan poderes, en la que no hay diferencias de lenguaje, de ideología o de fe, yace el gran poder del fútbol y de todos los deportes”.
Si bien las potencias occidentales optaron por no enviar representantes a la ceremonia inaugural, no hubo un boicot al torneo como el que afectó a los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 o unas sanciones por dopaje como las que excluyeron a muchos rusos de los dos últimos Juegos Olímpicos.
“Los intentos de boicot estaban condenados desde el principio”, dijo el viceprimer ministro Vitaly Mutko al diario Izvestiya. “Muestra cómo los políticos extranjeros a veces están desconectados de la vida real”.
El presidente ruso, recientemente reelecto después de 18 años en el poder, escuchó al cantante británico Robbie Williams durante una colorida ceremonia de apertura que se prolongó por media hora en el Estadio Luzhniki de Moscú.
A la ceremonia asistieron 15 líderes extranjeros, aunque varios de ellos pertenecen a países de la desaparecida Unión Soviética o a las regiones separatistas de Georgia que son respaldadas por Rusia.
Putin vio el partido junto el príncipe saudí Mohammed bin Salman y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino. La televisión local mostró al mandatario celebrando cada uno de los cinco goles de Rusia en la victoria sobre Arabia Saudita.
“Rusia, en el centro del campo”, tituló el jueves el periódico estatal Rossiiskaya Gazeta, que elogió los esfuerzos de la organización y el gran operativo de seguridad realizados por el torneo.
El mayor evento que Rusia organiza desde la época soviética, cuando Estados Unidos y otros países boicotearon los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 por la invasión a Afganistán, pondrá de relieve cómo la economía rusa ha resurgido desde el colapso del comunismo.
También mostrará que no se materializaron los llamados a boicotear el evento deportivo después de que Reino Unido acusó al Kremlin de usar una sustancia neurotóxica para intentar matar a un exespía ruso en Inglaterra.
Sin embargo, los líderes occidentales se han mantenido al margen del evento, aunque el presidente francés, Emmanuel Macron, probablemente asista a algunos partidos si su selección avanza en el torneo. (Escrito por Alastair Macdonald. Editado en español por Rodrigo Charme)