El resultado de la consulta popular para refrendar los acuerdos de paz firmados con las FARC sume al país en las dudas.
Colombia se hundió este domingo en la incertidumbre ante el sorpresivo triunfo del "no" en el plebiscito convocado por el gobierno para refrendar o rechazar el acuerdo de paz firmado el lunes pasado con la guerrilla de las FARC. Las encuestas conocidas desde finales de agosto le daban un triunfo al "sí", aunque con una ventaja sobre el "no" que no resultaba muy amplia. Sin embargo, una victoria del "no" parece que no estaba en los planes de muchos.
El gobierno estaba tan seguro de la victoria que el presidente Juan Manuel Santos dijo varias veces que no tenía un "plan b" ante un posible triunfo del no. Tanto el gobierno como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) han coincidido en que un triunfo del "no" implicaría la imposibilidad de aplicar los acuerdos logrados en casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Santos afirmó con insistencia que un rechazo de los acuerdos retrocedería al país a la situación de violencia de 2012, antes del inicio de la negociación. Y es que el país ha vivido durante los últimos meses el periodo más tranquilo en medio del conflicto que empezó en 1964, pues desde julio del año pasado las FARC declararon un alto el fuego unilateral, que se volvió bilateral cuando Santos ordenó en agosto pasado la suspensión total de los ataques de las Fuerzas Armadas.
Victoria del radical Centro Democrático. Según los analistas, el gran triunfador de la jornada fue el ex presidente Álvaro Uribe, líder del partido de derecha radical Centro Democrático, quien encabezó la campaña por el "no". Uribe, principal líder de la oposición, asegura que su sector no pide la continuación del conflicto sino una paz que implique una renegociación de los acuerdos con las FARC. Empero, tanto el gobierno como las FARC han asegurado que una renegociación está descartada.
Para el analista político Daniel García-Peña, el escenario de la renegociación no se puede contemplar en el actual escenario, pero que una fórmula para salvar los acuerdos sería convocar a una Asamblea Constituyente, con participación del oficialismo, del "uribismo" y de las FARC. "Las FARC nunca rechazaron eso y el Centro Democrático ha venido insistiendo en una Asamblea Constituyente", expresó García-Peña.
Para la politóloga Sandra Borda, además de la imposibilidad de implementar de inmediato el acuerdo de paz otro escenario a considerar es el estado de "ingobernabilidad" en que quedará Santos, cuyo segundo periodo de gobierno termina en agosto de 2018.
¿Qué harán las FARC? Por su parte, la directora de la Fundación Ideas para la Paz, María Victoria Llorente, dijo que la reflexión que debe hacer el país es "dura", pues se demostró que los colombianos "no son capaces de compadecerse del dolor de los que sufrieron el conflicto". "No ganó el no, perdió Colombia", dijo Llorente, tras comentar que no se imagina lo que puedan estar pensando los líderes de las FARC.
De haber sido aprobado el acuerdo, suscrito hace seis días en Cartagena de Indias por Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, lo que venía ahora era la concentración de los 5.800 miembros de las FARC en 27 sectores del país durante medio año, tiempo durante el cual debían entregar sus armas a las Naciones Unidas.
Un plebiscito que no era obligatorio. Ese paso seguramente quedará suspendido, mientras el gobierno y las FARC deciden cuál será el nuevo camino a tomar en medio de la incertidumbre que se abrió hoy. Santos no estaba obligado a convocar a un plebiscito sobre el acuerdo de paz, pues en ninguno de los procesos de paz celebrados en los últimos 30 años para permitir la desmovilización de varios grupos armados ilegales tuvieron como epílogo una consulta popular de refrendación.
El jefe de Estado dijo que lo hacía porque quería que el acuerdo no fuera solo entre el Gobierno y las FARC, sino con la sociedad en general. Sin embargo, su decisión le significó un efecto boomerang.