Este martes se instala la oficialista Asamblea Nacional, elegida el 6 de diciembre sin participación de la oposición. Con todos los poderes en la mano, lo que se viene es un "régimen sin simulacros", dice analista.
"La instalación de la nueva Asamblea Nacional se desarrollará en paz y alegría, pese a las expectativas que existen por la continuidad constitucional aprobada por los parlamentarios opositores electos en 2015”, afirmó el diputado chavista Luis José Marcano, citado por el diario El Nacional.
Marcano, del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se refiere a la decisión de la oposición dirigida por Juan Guaidó de extender su período legislativo "hasta que se celebren elecciones democráticas”. Una iniciativa declarada "nula” por la también oficialista Corte Suprema de Venezuela.
Paso a paso hacia el control total. ¿Es el régimen venezolano, tras la toma de la Asamblea Nacional, oficialmente una dictadura? "Desde 2015 Venezuela cruzó la línea roja del autoritarismo: primero con la elección presidencial y luego con la instalación de instituciones oficialistas paralelas a las elegidas democráticamente, cerrando paso a paso todo espacio para la oposición”, recuerda a DW la investigadora Sabine Kurtenbach, del Instituto alemán de Estudios Latinoamericanos (GIGA), con sede en Hamburgo.
Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional hasta este 4 de enero, había convocado a manifestaciones de rechazo al nuevo Parlamento. Pero el gobierno de Venezuela dictó una "cuarentena radical” justo a partir de la víspera de la instalación de dicha Asamblea que va hasta el 10 de enero, como lo anunció en Twitter la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Así, el transporte interurbano quedó vetado, incluso dentro de los distritos de la capitalina Caracas.
En Venezuela, empero, no existen datos de ninguna autoridad sanitaria que justifiquen estas restricciones, lo que no quiere decir que la pandemia no esté haciendo estragos. Pero "su uso como herramienta de represión es tal que quien diga en público que se ha infectado con el coronavirus puede ir a la cárcel”, dice a DW el sociólogo venezolano Tulio Hernández.
Un régimen sin máscara de demócrata. Ahora que el régimen de Nicolás Maduro mantiene los tres poderes, "el coronavirus le cae como anillo al dedo para decretar un estado de excepción en Venezuela”, es la hipótesis del profesor Hernández, autor del libro "Una nación a la deriva”.
Lo que habrá a partir de este 5 de enero es "un régimen sin simulacros, sin careta”, agrega el analista, para quien "está cantado que muchos diputados opositores –que aún no están en el exilio– van a ser imputados y tomados presos injustamente”.
Con las elecciones parlamentarias de diciembre, el régimen de Maduro no logró obtener el reconocimiento internacional que buscaba, pero sí cohesionó las fuerzas interiores que ahora ostentan la mayoría del 90% en el Parlamento, así no haya sido lograda democráticamente.
El nuevo Parlamento, electo para el período 2021-2026, pasa de 167 a tener 277 diputados, un aumento del 66 % del número de legisladores oficialistas.
La politóloga Sabine Kurtenbach tiene dudas sobre si el régimen o la oposición van a ser en este 2021 los protagonistas de cambios decisivos, apuntando que "entre el gobierno y la oposición en Venezuela suman juntos solo un 30% de apoyo, como mucho”.
¿A quién representa entonces la oposición que sale del Parlamento? Así esté enemistada y dividida en cuatro corrientes, "la oposición bajo Guaidó ha representado a más de 8 millones de venezolanos que votaron por ella a la Asamblea Nacional en 2015, que es, por lo demás, el único hecho verificable en cuanto a favoritismo político en Venezuela”, apunta, por su parte, el científico y escritor, Tulio Hernández.
Por lo menos, el Tesoro estadounidense parece seguir reconociendo expresamente a la saliente Asamblea Nacional, como el socio legítimo en Venezuela, según Carlos Vecchio, su representante en Estados Unidos. La Unión Europea prefiere esperar para tomar una decisión.
Pobreza, dolarización y criminalidad. Para Kurtenbach, los temas predominantes en 2021 en Venezuela serán "la dolarización, con el consecuente aumento de la brecha social –como se puede estudiar en Cuba–, y una criminalidad enraizada como factor que dificultará aún más el regreso a la democracia, toda vez que hay vínculos puntuales entre el régimen y los actores criminales”.
Pero ¿qué puede hacer a la población pauperizada bajo un régimen que a partir de este 5 de enero ostenta –de facto– todo el poder político y militar en Venezuela? "Aprender a recibir las cajas CLAP (una entrega de víveres condicionada a la lealtad estatal); aprender a simular estar con el gobierno; acostumbrarse a tener dinero para pagarle a los policías que lo extorsionan (matraquean) todos días; aprender a vivir sin dólares en un país dolarizado; usar leña para cocinar en un país petrolero; sacar mulas para transportarse. Y ahora los venezolanos ya no podrán ni protestar ni ser indígenas”, advierte Tulio Hernández, quien concluye que "en pleno siglo XXI en Venezuela estamos en medio de una dictadura, así les cueste a algunos extranjeros y venezolanos aceptar esta repugnante realidad”.