Brasil reforzó la seguridad en las sedes del Mundial, sin embargo, una vez termine la Copa del Mundo, mantendrán la vigilancia por cinco días más.
Solo en 18 de las 209 manifestaciones ocurridas en Brasil desde el inicio del Mundial de fútbol, el pasado 12 de junio, se registraron actos violentos, según un balance divulgado este jueves por la Secretaría de Seguridad para Grandes Eventos (Sesge) del Ministerio de Justicia.
Con 48.123 participantes en estas 209 protestas, el organismo señaló la escasa violencia como ejemplo de los resultados positivos alcanzados por la operación de seguridad del Gobierno brasileño para el Mundial.
"Brasil es un país libre y democrático. Es un deber de la seguridad pública garantizar el ejercicio de ese derecho, y eso es lo que ha ocurrido. Pero actos criminales, con violencia y vandalismo, serán aplacados de acuerdo a la ley", aseguró el titular de la Sesge, Andrei Rodrigues.
La realización del Mundial en Brasil llegó a ser puesta en duda por las amenazas de diferentes organizaciones sociales de que repetirían las multitudinarias manifestaciones que sacudieron al país a mediados del año pasado en coincidencia con la Copa Confederaciones de la FIFA, ganada por la selección brasileña.
Entonces millones de personas salieron a la calle para protestar contra las inversiones del Gobierno en eventos deportivos y para exigir mejores servicios públicos de salud y educación en protestas que llegaron a paralizar algunas ciudades y que muchas veces terminaron en incidentes violentos.
Pese a que el Mundial comenzó precedido de algunas protestas y huelgas en servicios básicos, tras el comienzo de la competición las manifestaciones se fueron reduciendo a pequeños grupos aislados cada vez menos frecuentes.
La Secretaría informó también que la operación de seguridad puesta en marcha por el Ejecutivo de Brasil se mantendrá en funcionamiento durante cinco días después del término de la competición (13 de julio).
Asimismo, esta entidad recalcó que la sensación de seguridad de los ciudadanos brasileños y de los turistas durante el Mundial fue uno de los aspectos mejor valorados en las encuestas de opinión, como consecuencia de la reducción de la criminalidad en muchas localidades.
Según la Sesge, la seguridad pública fue una de las áreas más cuidadas por el Gobierno durante la fase de preparación del Mundial y supuso una inversión de 1.170 millones de reales (532 millones de dólares) en equipamientos y planes de formación de los distintos cuerpos de Policía.
La operación de seguridad del Mundial cuenta con la participación de 100.000 profesionales de la seguridad pública, 60.000 del área de defensa y 20.000 de empresas privadas.