"Las violaciones a los derechos humanos deben expresarse más ante la comunidad internacional, porque ellos no parecen entender el punto, o entender que en realidad esto está pasando", declaró Óscar Elías Biscet.
Washington. Uno de los principales disidentes de Cuba, Óscar Elías Biscet, presentó a través de un llamado telefónico su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos y dijo que la comunidad internacional parece no entender que siguen ocurriendo violaciones a los derechos humanos en la isla.
"La Cuba en la que yo vivo es una sociedad llena de miedo", dijo Biscet, hablando desde la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana, a una reunión conjunta de dos subcomités de la Cámara de Representantes.
"Las violaciones a los derechos humanos deben expresarse más ante la comunidad internacional, porque ellos no parecen entender el punto, o entender que en realidad esto está pasando", declaró, hablando a través de un intérprete.
La conexión se perdió y se restableció en varias oportunidades mientras la voz de Biscet era transmitida a través de parlantes a una sala de audiencias del Capitolio.
Biscet, de 50 años y médico, fue liberado en marzo pasado como uno de los últimos 52 prisioneros políticos que el presidente Raúl Castro prometió excarcelar en un acuerdo con la Iglesia Católica de Cuba.
Fue arrestado por primera vez en la década de 1990 por organizar reuniones y estuvo detenido en varias oportunidades. Después de su cuarto arresto en el 2003, fue sentenciado a 25 años de prisión como parte de una represión contra los opositores conocida como la "Primavera Negra" de Cuba, que tensó las relaciones internacionales de la isla de Gobierno comunista.
Biscet dijo que había sido golpeado y torturado en prisión, como resultado, afirmó, terminó con la cara desfigurada y un pie fracturado.
"Las violaciones a la dignidad humana" son cometidas de manera sistemática contra todas las personas que están encarceladas en Cuba, sostuvo.
Entre los abusos que él ha "sufrido y observado" figuran torturas en las que a prisioneros desnudos se les esposaban las manos a los pies por entre 12 a 24 horas, o eran esposados con sus manos sobre la cabeza y colgados con los pies apenas tocando el piso por períodos de tiempo similares.
También describió condiciones carcelarias extremas, sin agua para beber, sin ventilación ni baños para los prisioneros.
Por su oposición al Gobierno de Cuba, el presidente George W. Bush entregó a Biscet en ausencia la Medalla Presidencial de la Libertad en el 2007. Las autoridades cubanas consideran a los disidentes como mercenarios que trabajan para su archienemigo ideológico, Estados Unidos.
Estados Unidos ha mantenido un embargo económico contra Cuba durante 50 años para presionar al Gobierno comunista de la isla, que se ubica 145 kilómetros al sur de Florida.
Disidentes cubanos han dicho que aún hay al menos 60 personas encarceladas por motivos políticos, incluidos algunos hallados culpables de espionaje y secuestro de botes y aviones.
Cuando se le preguntó si temía que lo volvieran a arrestar debido a su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, Biscet dijo: "Todo es posible".
Sostuvo que pretende continuar con sus esfuerzos no violentos para cambiar al Gobierno de Castro. "Nosotros no podemos esperar que alguien muera para crear un cambio. Nosotros crearemos el cambio por nuestros medios".
Declaró que espera que el Papa Benedicto XVI presione en favor de mayores libertades, incluida la libertad de expresión, cuando el Sumo Pontífice visite Cuba a fines de marzo.
"Esperamos que su visita traiga grandes cambios a nuestro país", refirió.