El presidente colombiano no comparte recientes decisiones de la Corte Suprema que impidieron extradiciones a EE.UU y dijo que es un tema que le compete al Gobierno y a las FF.AA.

Bogotá. El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, cuestionó este viernes recientes decisiones de la Corte Suprema de Justicia que impidieron extraditar a Estados Unidos a individuos acusados de narcotrafico y dijo que es un tema que también le compete al Gobierno y a las Fuerzas Armadas.

"Me parece que la Corte Suprema de Justicia debe examinar con el Gobierno y las Fuerzas Armadas el tema, porque ese no es un tema solamente de justicia, ese es un tema de orden público que corresponde también a la competencia del Gobierno y de las Fuerzas Armadas", dijo el mandatario.

Agregó que "ese es un tema de relaciones internacionales, no creo que le convenga al país", precisó Uribe en un acto de Gobierno.

El tribunal negó esta semana la extradición de Freddy Rendón Herrera, alias "El Alemán", un antiguo comandante paramilitar solicitado por Estados Unidos por cargos de narcotráfico.

En marzo, el mismo tribunal negó la entrega a las autoridades estadounidenses de Daniel Rendón Herrera, alias "Don Mario", hermano de "El Alemán" y acusado del envío de varios cargamentos de cocaína y con nexos con los antiguos escuadrones paramilitares de ultraderecha.

El mandatario ha tenido varios choques con el alto tribunal que incluyen la demora de la corte para elegir al fiscal general.

Hasta el año pasado el tribunal autorizó extradiciones de antiguos líderes paramilitares sólo con el compromiso de Washington de permitirles continuar colaborando con la justicia colombiana para esclarecer sus crímenes.

Pero posteriormente, la Corte Suprema de Justicia cambió de posición con el argumento de que los acusados narcotraficantes que formaron parte de los escuadrones de ultraderecha deben primero confesar sus crímenes y colaborar con un proceso de indemnización y reparación a las víctimas antes de ser entregados a la justicia de otro país.

El Gobierno de Uribe extraditó a Estados Unidos en mayo del 2008 a los principales ex comandantes paramilitares para que respondieran por cargos de narcotráfico, pese a que la mayoría había confesado crímenes cometidos en Colombia.