Mientras la tasa uruguaya en 2009 se ubicó en 9,56 por mil, en Chile se ubico en 7,7 por mil. Argentina sigue la lista con 11,4.

Montevideo. Uruguay es el segundo país de América del Sur con menor tasa de mortalidad infantil, por debajo de Chile, que encabeza el ranking, de acuerdo a un informe que divulgó este miércoles el Ministerio de Salud Pública.

La tasa de 2009 se ubicó en 9,56 por mil, mientras que el país andino registró 7,7 por mil. Argentina sigue la lista con 11,4, mientras que Bolivia se presenta con la mayor tasa: 44,8 por mil nacidos vivos.

Los datos de Uruguay se desagregan de la siguiente forma: en la etapa neonatal -que va de los 0 a 28 días de vida- corresponde 5,0 por mil, y en la etapa posneonatal -que va de los 28 días al año de vida- corresponde el 4,56 por mil de los nacidos vivos.

Los datos de 2009 muestran un descenso con respecto a 2008, cuando Uruguay tenía una tasa de 10,66 por mil.

En cuanto al detalle por departamento, el informe del MSP separa en grupos a los que se encuentran por encima y por debajo del promedio nacional. Se encuentran por encima del promedio nacional los departamentos de Durazno, Cerro Largo, Salto, Lavalleja, San José, Canelones, Paysandú y Rocha. A su vez, por debajo del promedio nacional se ubican Maldonado (9,2), Flores (9,04), Tacuarembó (8,82), Montevideo (8,55), Florida (8,12), Artigas (6,6), Rivera (5,9), Treinta y Tres (5,86), Río Negro (4,51), Soriano (3,97) y Colonia (3,24).

La secretaría de Estado destaca el ejemplo de Artigas. “Presenta un claro descenso de la mortalidad, de 13 por mil en 2005 a 6.6 por mil a la fecha”, dice el informe. Al respecto, el ministro Daniel Olesker explicó que el cambio estaría reflejando las consecuencias del impacto de las políticas sociales y el desarrollo productivo iniciado a partir del ingenio azucarero ALUR en el departamento.

Otro dato que se destaca en el informe refiere a las causas y lo evitable de las muertes en niños. De acuerdo al documento, 70% de las muertes de niños y niñas se dieron en la primera semana de vida, y en los casos en que las causas son conocidas, las mismas son en su mayoría “prevenibles y evitables”.