El viernes fue develada una estatua de bronce del fallecido mandatario Hugo Chávez frente del centro de convenciones donde se celebra la cumbre, que también lleva su nombre.
Isla de Margarita. Venezuela asumió el sábado la presidencia del movimiento de los Países No Alineados en una cumbre en la isla Margarita a la que asistieron pocos jefes de Estado, justo cuando la nación busca un espaldarazo en medio de una crisis política y económica.
El presidente Nicolás Maduro había apostado a que la XVII cumbre del movimiento en la caribeña isla fuera un éxito "recordado por siglos". Pero aunque fueron invitados los 120 países que integran el bloque, la convocatoria palidecía -al menos hasta el sábado al mediodía- frente a reuniones previas, incluyendo la de Irán en el 2012, a donde fueron 35 líderes.
Venezuela recibió del presidente iraní la presidencia pro témpore del grupo fundado en 1961 por los próximos tres años.
Para el vicepresidente ejecutivo de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, era "fundamental" que Maduro asumiera la presidencia del movimiento, creado hace medio siglo por naciones que no querían alinearse con Estados Unidos o la Unión Soviética.
"Existe un proceso de recolonización en la región. El presidente (de Estados Unidos, Barack) Obama parece que antes de irse tiene el compromiso de cambiar la correlación de fuerzas en la región", dijo Istúriz el jueves en un encuentro con la prensa extranjera.
"Frente a ese proceso de recolonización de la región, Venezuela ha ejercido una especie de resistencia", agregó.
A la turística isla llegaron los presidentes de Irán, Hassan Rouhani, de Zimbabue, Robert Mugabe y de Palestina, Mahmud Abbás. También arribaron aliados regionales como el cubano Raúl Castro, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo Morales y el salvadoreño Salvador Sánchez.
El Gobierno no brindó una cifra oficial de participación, pero el sábado seguían llegando algunas delegaciones. También se hicieron presentes vicepresidentes, cancilleres y algunos embajadores acreditados en Venezuela.
La isla recuperó su esplendor en las zonas cercanas al evento y a los lujosos hoteles que alojan a los mandatarios y sus delegaciones. Pese a todo, algunos pobladores consideraron que se tratan de mejoras provisionales.
Algunos establecimientos comerciales estaban repletos de comida importada, y en la semana no se observaron filas en las afueras de los supermercados para adquirir productos, algo muy común en el país donde se vive con escasez, inflación de tres dígitos y recesión económica.
El viernes fue develada una estatua de bronce del fallecido mandatario Hugo Chávez frente del centro de convenciones donde se celebra la cumbre, que también lleva su nombre.
La oposición de Venezuela, que busca convocar un referendo revocatorio contra Maduro, ha pedido a los países asistentes prestar atención a la crisis que vive el país.
"Millones de $ (dólares) de los venezolanos gastados para el ego de una cúpula de Gobierno! La gran mayoría de los países no vinieron al show!", escribió el líder opositor Henrique Capriles en su cuenta de Twitter.
A pesar de los llamados de la oposición, un borrador del acuerdo final, visto por Reuters, mostró que el grupo brindará su solidaridad a Maduro.