El candidato opositor ha venido ganando terreno al tiempo que Chávez permanece estable desde que inició la campaña para los comicios, según la respetada encuestadora Datanálisis.
Caracas. El presidente venezolano Hugo Chávez seguía a la delantera en la intención de voto según un sondeo para las elecciones de octubre, pero su contrincante Henrique Capriles acortó la distancia a 10 puntos, dijeron a Reuters clientes que accedieron a esa encuesta.
El candidato opositor ha venido ganando terreno al tiempo que Chávez permanece estable desde que inició la campaña para los comicios, según la respetada encuestadora Datanálisis.
Mientras el mandatario promete en otros seis años en el poder profundizar sus planes asistenciales, financiados gracias a los altos precios del petróleo que exporta el país OPEP, el candidato opositor busca ser una opción de centro manteniendo programas sociales pero volviendo a mirar a la empresa privada.
Chávez lidera la mayoría de los sondeos más conocidos para las elecciones del 7 de octubre. La encuesta de Datanálisis, realizada entre el 25 de agosto y el 5 de septiembre, otorgó a Chávez una intención de voto del 47,3%, 0,5 puntos por encima del mes previo.
Pero Capriles subió 2,4 puntos a 37,2% en el sondeo, que tiene un margen de error del 2,4%, dijeron dos fuentes con acceso al estudio. La encuestadora tiene previsto difundir su sondeo oficialmente el martes.
Apelando a sus humildes raíces de los llanos venezolanos, donde vendía caramelos y jugaba béisbol en los polvorientos caminos, el mandatario aseguró a los pobres -su mayor base de apoyo electoral- que la oposición acabará con la ayuda social.
Pero los venezolanos enfrentan todavía dolores de cabezas cotidianos como la creciente inseguridad, cortes de luz y de agua y un testarudo desempleo.
"Mire nuestro pueblo, yo les digo después de 14 años, el que no hizo lo que tenía que hacer en 14 años no lo va hacer en los próximos seis años", sostuvo Capriles en un acto en el estado de Vargas, tras llegar sobre una camioneta en una extensa caravana.
"Todos somo Chávez". Un ex militar que alterna bromas con ataques virulentos a sus opositores, Chávez se proyecta a sí mismo como el heredero del héroe de la independencia Simón Bolívar y como la encarnación misma de Venezuela desde que ganó el poder en 1999.
"Chávez ya a estas alturas de la vida no soy yo. Chávez se hizo pueblo. Todos somos Chávez", dijo el lunes en un acto masivo en el estado Portuguesa ante miles vestidos con camisetas rojas de su partido que vivaban cada palabra.
El mandatario de 58 años ha incrementado el gasto público para ampliar el alcance de sus populares programas sociales, intentando compensar el efecto de una campaña menos vigorosa de lo que acostumbraba tras haber sido intervenido tres veces por un cáncer que le diagnosticaron el año pasado.
Capriles ha recorrido intensamente el país en medio de una campaña casa por casa buscando los votos de la clase media y de las barriadas populares, bastiones tradicionales del chavismo.
El joven gobernador de 40 años comenzó la campaña electoral con una intención de voto en torno al 30% según Datanálisis, y ha venido recortado la brecha.
El mes pasado, por primera vez, la encuestadora Consultores 21 colocó a Capriles a la delantera de la intención de voto, aunque con una ventaja mínima.
Y Chávez, sin acusar el golpe, llamó a no descuidarse.
"Una de las cosas que vengo a encomendarles es que no bajemos la guardia. Aunque tú vayas ganando la pelea, hasta que no le cuenten 10 al contendor, la pelea no se ha ganado", sostuvo un enérgico Chávez a una multitud de seguidores que coparon una larga avenida.
Muchos indecisos. Los inversores extranjeros apuestan a que un gobierno de Capriles traería estabilidad económica a Venezuela, que ha venido creciendo pero aún sufre de una elevada inflación, y que gradualmente desmantelaría los controles monetarios y de precios instaurados por Chávez.
A pesar de las oleadas de nacionalizaciones ordenadas por el mandatario que han asustado a los inversores más conservadores, los bonos del país son muy negociados gracias a sus altos retornos, que han llegado a cerca del 27% este año.
Las encuestas muestran que todavía muchos venezolanos no han decidido su voto y podrían, técnicamente, inclinar la balanza.
Para Datanálisis, que entrevistó a 1.200 personas en hogares, los indecisos y votantes que no contestaron sumaban un 15,5%, por arriba de lo que proyectaban otros sondeos a pocas semanas de la fecha de las cruciales elecciones.
"El 7 de octubre ustedes van a tomar una decisión, si quieren estar donde están o quieren una vida mejor", dijo el lunes Capriles.
Un resultado cerrado podría encender acusaciones de fraude de cualquiera de los dos bandos. Chávez ha dicho que la oposición no aceptará los resultados si él gana.
Aunque una victoria estrecha podría opacar su aura de invencibilidad, no necesariamente lo desviaría de su "revolución socialista" porque cuenta con una mayoría en el parlamento y aliados en todos los poderes públicos.